1996. Rusia ante las elecciones generales. Elecciones a la Duma. Condiciones de estas elecciones

RUSIA ANTE LAS ELECCIONES GENERALES. ELECCIONES A LA DUMA. CONDICIONES DE ESTAS ELECCIONES (Combattre pour le socialisme, 8 marzo de 1996)RUSIA: ANTE LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES
ELECCIONES A LA DUMA
CONDICIONES DE ESTAS ELECCIONES
El 17 de diciembre de 1995, con las elecciones a la Duma, se abrió un ciclo electoral que acabrá el 16 de junio de 1996 con la elección por sufragio universal del Presidente de la República federativa de Rusia que sucederá a Boris Yeltsin. Las listas electorales tienen inscritos 105 millones de electores, de un total de 148 millones de habitantes, los cuales habrán de elegir 150 diputados para un periodo de cuatro años. La Duma es la cámara baja del parlamento ruso. La mitad de los diputados son elegidos por escrutinio proporcional sobre las listas nacionales presentadas por los partidos. Una lista debe obtener más del 5 % de los sufragios expresados para tener representación, si nó sus votos se distribuyen proporcionalmente entre las listas que sí lo hayan obtenido. Cuarentaitrés partidos pudieron presentar listas.
La segunda mitad de los diputados a la Duma se elige por escrutinio mayoritario sobre la base de circunscripciones. Habían 2.867 candidatos para 225 circunscripciones. Muchos candidatos se presentaron sin etiqueta.
LOS RESULTADOS
Los resultados proporcionales fueron los siguientes:
. Participación del 64,95 % en las proporcionales, mientras que en las elecciones del 12 de diciembre de 1993 la participación fué del 53,31 %.
Cuatro partidos franquearon la barrera del 5 % para tener elegidos:
-Partido Comunista: 22,31 de los votos emitidos (12,4 % el 12/12/93) : 100 escaños en la proporcional,
-PDLR (Vladimir Jirinovski): 11,06 de los votos emitidos (22,9% el 12/12/93): 50 escaños en la proporcional
-Nuestra Casa Rusia: 9,05 % de los emitidos (no existía en 1993): 44 escaños en la proporcional,: 6,9 % de los emitidos (7,9 % el 12/12/93)
-Coalición Iabloko: 6,9 % de los emitidos (7,9 % el 12/12/93): 31 escaños en la proporcional.
En el escrutinio uninominal a una vuelta los resultados fueron los siguientes:
Candidatos independientes: 77 escaños; Partgido Comunista: 58; PDLR: 1; Partido Agrario: (3,8 % de los votos en la proporcional) 20 escaños; Nuestra Casa Rusia: 10 escaños; Opción Democrática de Rusia: 9 escaños; Poder al Pueblo: 9 escaños; Congreso de las Comunidades Rusas: 5 escaños; Otros partidos: 23 escaños.
CORRIMIENTO DE VOTOS ENTRE 1993 Y 1995
En todo caso, el avance del PC habrá que apreciarlo teniendo en cuenta que en las eleccines del 12/12/93 hubo lista de su área de influencia: “Mujeres de Rusia” que obtuvo 8,1 % de los emitidos, y el “Partido Agrario” que obtuvo el 7,9 %.
Según la prensa estas elecciones mostrarían la profundización de la diferenciación entre Moscú “la rica” y la periferia. Así, en Moscú, el partido del primer ministro “Nuestra Casa Rusia” ha obtenido 19,3 % de los emitidos “allá donde los bancos, los comercios, los extrangeros y el boom de la construcción han creado un embrión de clase media”, escribe Le Monde el 24 y 25/12/95. En estas elecciones Opción Democrática, de Egor Gaidar, que tenía el poder en 1993, sólo obtuvo buenos resultados en Moscú: 11,6 %. El conjunto de los partidos pro-gubernamentales obtuvo en esta ciudad el mismo resultado que obtuvieron en 1993 los partidos gubernamentales del momento..
Igual estabilidad se constata en Moscú del lado de los llamados partidos “democráticos”: en estas elecciones el PC (15 %), el KRO del general Lebed (5 %), el partido de Jirinovski (12,5 %) han obtenido en conjunto los mismos votos que cosecharon el PC y el partido de Jirinovski (11 % y 13 %) juntos en 1993..
Por el contrario, en la periferia se produce un reforzamiento de la oposición. El PC ha recuperado prácticamente la mitad de lo que Jirinovski ha perdido.
“Los reformadores continuan fuertes en San Petersburgo: el partido Iabloko de Grigori Iavlinski va en cabeza (16 %) delante del PC (13 %) y del NDR (12,7 %). Iabloko o el NDR ganan también u obtienen buenos resultados en otras ciudades de los Urales. Por contra, en muchas rdgiones del centro y del sur el PC se ha reforzado, así como en el cinturón rojo de Rusio Occidental (Tver,Briansk, Belgorod o Kursk). Pero también entre losd mineros, queines en 1991 fueron el pilar de Boris Yeltsin. Al iguakl que en las elecciones de 1993, el partido de Irinovski tiene sus mejores resultados en las regiones “fronterizas” junto al PC: en Kaliningrado, región de militares retornados de la Europa del Este y de jubilados, en Stravopol inundado de refugiados del Cáucaso, o en Extremo Oriente, tocado por la fobia del “peligro amarillo”. (Le Monde: 24 y 25/12/95).
El 17 de enero de 1996 Genadi Selenev, miembro del PC, fué elegido predidente de la Duma en tercera vuelta.
LIMITES DEL PODER DE LA DUMA
Llegados a este punto hay que recordar los límites de los poderes de la Duma. Por ejemplo: la Duma precedente condenó la intervención rusa en Chechenia, exigió la retirada de las fuerzas armadas y ordenó la apertura de negociaciones. Ya se sabe con qué resultado.
La constitución del 93 es una constitución presidencialista, con un poder del tipo bonapartista. La Duma precedente, extremadamente dividida, tenía muy dificil reunir los 222 votos necesarios para aprobar una ley. El gobierno funcionó generalmente a base de decretos (ucases), y los decretos presidenciales tenía fuerza de ley.
Para levantar un veto del Jefe del Estado, las dos cámaras (la Duma y el Consejo de la Federación) deben reunir una mayoria de dos tercios. Lo que es casi imposible. En dos años Boris Yeltsin ha bloqueado alrededor de un tgercio de las leyes votadas por el Parlamento. La Duma dispone de un arma: negarse en redondo a aprobar la ley de presupuestos, que es la única que escapa al reino de los decretos. Y la ha utilizado. Pero da igual. Rusia ha funcionado sin presupuesto durante el año fiscal de 1994; en 1995 el presupuesto no fué aprobado hasta el mes de marzo.
El artículo de Liberation del 19/12/1995, de donde hemos sacado estas informaciones concluye:
“Entre toda esta guerrilla parlamentaria, la asamblea no tiene ningún recurso real para presionar al ejecutivo. La Duma no puede puede hacer un voto de censura al gobierno sin incurrir en el riesgo de verse disuelta. Y la complegidad del procedimiento de revocación lo vuelve ilusorio en la práctica”.
Sin embargo las elecciones a la Duma del 17 de diciembre de 1995 son importantes: han marcado un profundo movimiento de rechazo a la restauración capitalista; han tenido lugar 6 meses antes de las elecciones presidenciales del 16 de junio de 1996 las cuales, visto el caracter presidencial y bonapartista del régimen son las que de verdad cuentan.
SITUACION DEL PROLETARIADO
El éxito electoral del PC se debe a que aparenta oponerse a la política que para el proletariado significa una catástrofe económica y social. En absoluto se debe al recuerdo de Stalin. Liberation del 5/1/96 indica:
“Más de 45 millones de rusos, es decir , cerca de un tercio de la población viven bajo el umbral de la pobreza, según Loudmilla Bezlepkina, ministro de la protección social.
Casi 30 millones de personas cobran menos del salario mínimo de 320 mil rublos (9.000 pts.) al mes, a los que hay que añadir la mitad de los 31 millones de jubilados. Las rentas de los pobres alcanzan de media el 53 % del nivel de subsistencia, mientras que las de los ricos triplican aquel nivel.
La tasa de paro, oficialmente del 2,6 %, es estimada por los expertos económicos en el 13,5 % de la población activa. La esperanza de vida de los hombres ha pasado de 63,8 años en 1994 a 57,3 en 1995. La de las mujeres, que era de 74,4 años, a caido a 71,1 años.
Moscú cuenta con cerca de 250.000 personas sin techo. La mitad están instalados de forma permanente en la capìtal y viven en sótanos y garages.
Las organizaciones humanitarias que se ocupan de su cuidado y nutrición estiman que su número aumenta regularmente desde hace tres años. Desde el principio del invierno, en noviembre, 277 personas han muerto de frio.”
Otra ilustración de la situación dramática de las masas.
Loas mineros de Rusia se declararon en huelga el 2 de febrero de 1996 para exigir el pago de sus atrasos salariales. No han cobrado desde hace dos, tres, hasta cinco meses. Le Monde del 9 de febrero escribía:
“Los enseñantes acababan el jueves una huelga de tres días, los controladores aéreos la preparan e incluso los militares han anunciado su intención de manifestarse en Mosacú. Los pensionistas, que tienen la fuerza de sitiar las sucursales del Fondo de jubilación casi en bancarrota, no son mencionados por la prensa. Todos reclaman el cobro de los atrasos. Pero estos retrasos no son más que la punta del iceberg de la suspensión de pagos en Rusia. y se han agravado fuertemente a finales de 1995 con el éxito proclamado de la “estabilización” de la economía rusa.
Según datos del gobierno, publicados por el economista en jefe Anatoli Tchoubais, antes de su destitución el mes pasado, el 45 % de estas deudas (más de 10 mil millones de dólares,) son de las empresas y el Estado a sus proveedores, el 28 % representan los impiuestos no cobrados por el Estado y sólo el 3,7 % las deudas del Estado con sus asalariados.”
UNA APRECIACIÓN ECONÓMICA OPTIMISTA
Sin embargo, según el “Balance Económico y social 1995” , publicado por Le Monde, 1995 habría sido un año de “estabilización económica” :
“La inflación, por primera vez, ha bajado del 5 % en ritmo mensual, es decir, una tasa anual de cerca del 120 % (contra el 220 % en 1994) : la caída de la producción parece casi controlada -5 % (contra -15 % en 1994) después de haber sufrido una caída más importante que la que conocieron los EEUU durante la Gran Depresión (1) . El déficit del presupuesto del Estado se ha reducido a un 5 % del PNB. El rublo ha sido encuadrado y estabilizado en los entornos del 4.500 rublos por dólar. El comercio exterior ha sido ampliamente excedentario (20.000 millones de dólares). Sin embargo, el porcentaje creciente debido a las materias primas hace temer una “tercermundializacion” de la economía rusa”.
(1) En total la producción ha caído en Rusia del 50 al 60 % en siete años.
LIQUIDACIÓN DE LA PLANIFICACIÓN
LA LEY SOBRE LAS EMPRESAS DEL ESTADO (JULIO 1987)
El desmantelamiento de la economía de la URSS y de Rusia comenzó mucho antes de la generalización de las privatizaciones en 1992. La ley sobre las empresas del estado, de julio de 1987, que entró en vigor el 1 de enero de 1988, fue un hito en este sentido. Las empresas, a partir de aquel mimento, quedaron sometidas a las tres A: autonomía, autofinanciación y autogestión. Los directores ya no serán designados por la administración del Estado, sino elegidos por un “colectivo de trabajadores”. Una empresa que registre pérdidas podrá ser declarada en quiebra. Se suprimen los indicadores de producción en valor y se reemplazan por índices de productividad. Se animará la firma de contratos interempresas, se reducirán los encargos de los ministerios y se animará a hacer contratos directos entre las empresasd de la URSS y del extranjero. Las empresas tendrán una gran autonomía financiera. Se liberalizará la circulación de capitales, así como el comercio exterior. Desde entonces existirá la posibilidad de inversiones extranjeras (joint ventures), de repatriación de capitales.
El sistema bancario fue reformado mediante la anulación del monopolio del Gosbank. Se constituyó y desarrolló un sistema de bancos privados, así como un mercado financiero. Se había desarrollado ya todo un sector privado en el comercio sobre todo, pero también de “cooperativas” no agrícolas. El 1 de julio de 1988 se estimaba que un millómn de personas se había empleado en ello..
DESMANTELAMIENTO DE LA PLANIFICACIÓN
En efecto, a partir de 1989-1990 la economía de la URSS ( y de Rusia) y la planificación se dislocaron al mismo tiempo que el poder político se licuaba.
“El sistema de trueque, aún menos eficaz que las asignaciones de fondos centralizadas de antaño, se generalizó en 1991 tanto entre las empresas como entre las repúblicas, intentando cada cual conservar o atraer hacia sí el máximo de bienes de consumo.
1991 fue también el año de la explosión de las “bolsas de mercancías”, embrión de un mercado al por mayor : 400 registradas en otoño ( a menudo instaladas en la periferia en antiguos locales del Partido Comunistas) donde se subastaban -en rublos o en dólares y en ausencia de toda legislación o garantía- trigo, camisas, petróleo o reactores nucleares... algunas empresas escaparon a todo control, especialmente las del sector privas, que con sus casi veinte millones de empleados produjeron desde enrtonces el 20 % del PNB (frente al 7 % en 1990). Las cifras de producción se subestiman deliberadamente, incluso en los koljoses, para desviar una parte de los productos hacia las bolsas, o para vender en el extranjero materias primas a cambio de divisas.” (Balance Económico y social 1991, pg 86)
En agosto de 1991 el Banco de Relaciones Económicas perdió su monopolio sobre las transacciones económicas.
Resulta evidente que la dislocación de la URSS (8-21 de diciembre de 1991) fue un factor importante en la dislocación de su economía (Sin desaparezcan las dependencias y relaciones económicass entre las repúblicas. Rusia sigue siendo un centro económico en relación a una gran parte de las repúblicas nuevamengte independientes). Ello no impide que la dislocación de la URSS y del Comecon haya contribuido potentemente a su dislocación económica.
ENERO 1992: LIBERTAD DE PRECIOS.
La institución de la libertaqd de precios se adopta el 2 de enero de 1992. Fué una nueva etapa de dislocación de la economía de Rusia. Así la describe el “Balance Económico y Social 1992”:
“Todo comenzó pues el dos de enero por la liberalización de los precios. Después de algunas semanas particularmente difíciles -¿no se preveían motines de hambre?- en el curso de las cuales los moscovitas ironizaban: “sigue sin haber nada en las tiendas, ¡pero es mas caro!”, se asistió, sobre todo en las grandes ciudades, a una verdadera eclosión del comercio privado: grandes almacenes reconvertidos, que incluso llegaron a hacer campañas de lanzamiento, hasta cientos de pequeños quioscos con una variedad cada vez más importante de productos, sin olvidar los mercados koljosianos cada vez mejor abastecidos, ni los antiguos almacenes del estado, que subsisten y continuan vendiendo “no gran cosa por casi nada”.
El reverso de la medalla: una inflación que alcanza el 2200 % en un año, mientras que el gobierno esperaba solamente el 10 %. El crecimiento del déficit presupuestário, los créditos concedidos a las empresas, el hecho de que estas hayan aumentado sus precios al máximo sin buscar el aumento de sus ventas (¿por qué si todavía no tienen un imperativo de rentabilidad?). Los préstamos a las otras repúblicas para que continuen comprando productos rusos: son muchos los factores que han inchado considerablemente la masa monetaria.
Si la población soporta, aunque muy dolorosamente, el alza de precios es porque está compensada por una serie de factores. Así, los salarios se han multiplicado por 10 en el curso del año y se han mantenido un gran número de ventajas sociales. Según explicaba un experto europeo: “es dificil hablar de inflación en el sentido occidental del término, cuando la mayoría de la población no paga ni alquiler ni calefacción ni electricidad y muchos todavía consiguen aprovisionarse gratuitamente en bienes de consumo gracias a los siempre vivaces “combinats” socialistas”. Aquí como siempre, las principales víctimas han sido los funcionarios, los intelectuales y sobre todo los jubilados, incapaces de hacer frente al alza del coste de la vida.
Otra inquietud: la pérdida del valor del rublo. La introducción desde primeros de agosto de la tasa única del rublo, preludio de una verdadera convertibilidad, ha sido una de las decisiones capitales tomadas en 1992. La moneda comenzó desde entonces a caer (125 rublos por dolar en julio, 420 a finales de diciembre), mientras que el nuevo gobernador del banco central declaraba desde su llegada que era ridículo continuar sosteniendo la moneda nacional”.
Má lejos, el Balance Económico y Social 1992 indicaba que:
“Hay que tener en cuente que el comercio ilegal se ha desarrollado de manera considerable, hasta tal punto que no dudamos en hablar de un verdadero pillaje del país por los ‘businessmen’ poco escrupulosos y que a menudo son aparatchiks reconvertidos. Las exportaciones ilegales de capitales alcanzarían de 5 a 6 mil millones de dólares, mientras que las inversiones extranjeras no llegan a mil millones”
LA PRIVATIZACIÓN
LA PRIVATIZACIÓN: PRIMERA FASE
El gobierno ruso lanzó la privatización generalizada a partir de octubre de 1992. ‘Problèmes Économiques’ del 2 de mayo de 1995 presenta de este modo la privatización:
“Aunque los mercados locales de capitales hayan podido financiar un pequeño número de compras de pequeñas empresas, las instituciones fiancieras estaban demasiado poco desarrolladas generalmente para poder facilitar la privatización de las grandes empresas industriales. Sin embargo, los planificadores querían que la privatización fuera rápida, de manera que alcanzara una ‘masa crítica’ que impediría la vuelta a una planificación centralizada (Nelson y Kuzes, 1994).
En definitiva, la elección que se hizo de compra de la empresa por los asalariados (CES) como principal medio de privatización de las grandes unidades de producción fué, sin duda, el resultado de la combinación de varios factores: la búsqueda por el gobierno de un cierto favor electoral cara a los dirigentes y asalariados de las empresas, la exigencia de los reformadores de una privatización rápida, el estado del mercado de capitales y el valor de base generalmente débil de las grandes firmas industriales.”
La puesta en funcionamiento
El programa ruso de privatización rápida se encontró confrontado a un mercado de capitales embrionario y en ausencia de una ley de sociedades. La privatización hubo de efectuarse, pues, bajo una forma no dependiente del mercado de capitales, y los problemas jurídicos fueron agudos entre los ‘acontecimientos’ de 1991 y las elecciones al Parlamento ruso de diciembre de 1993. Entre estas dos fechas hubo un vacío legislativo con un Presidente de Rusia y un Soviet Supremo. Se pudo comenzar gracias a la utilización de decretos de privatización, sin verdadero procedimiento parlamentario. Un decreto presidencial del 29 de diciembre de 1991 y un decreto del Soviet Supremo del 11 de junio de 1992 constituyeron la única base legal del programa (Banco Europeo para la reconstrucción y el desarrollo, 1993).
Este programa preveía la privatización obligatoria de las empresas industriales que ocuparan más de 1000 asalariados (o tuvieran un capital de valos nominal superior a 50 millones de rublos) desde el inicio del 1992, y ello con dos excepciones: la privatización no podía afectar a ciertas industrias relacionadas con la defensa nacional, consideradas ‘estratégicas’, y en alagunos sectores quedaba sometida a la aprobación de las autoridades centrales, especialmente en las industrias extractivas, el petróleo y los transportes. La ejecución deel programa fué rápido, aunque se pueda ser excéptico ante las declaraciones oficiales sobre la amplitud de la privatización, porque el gobierno ruso tiende a sobreestimar los resultados en razón de las condiciones impuestas por las instituciones occidentales para la atribución de préstamos en divisas fuertes.
Las modalidades
La CES con atribución gratuita de acciones fué pues escogida para satisfacer a la vez a los reformadores, los adquirientes potenciales (los asalariados), y los objetivos políticos del Estado vendedor. Se realizó asociando una legislación procedente del centro para respuestas descentralizadas en la privatización de las empresas mismas.
El centro puso a disposición de cada ciudadano (incluidos los niños) cupones a un precio bajo que representaba gastos administrativos. De un valor nominal de 10.000 rublos, estos cupones podían ser utilizados primero por los asalariados, a los que se reservaba una adquisición especial, después, en una segunda fase, por cualquier ciudadano en una subasta pública. Se previeron tres modalidades principales, a la que posteriormente se añadió una cuarta, poco utilizada. Quien escogía la modalidad era el colectivo de trabajadores.
Aunque la segunda modalidad ofrece a los asalariados un medio relativamente oneroso de adquirir las acciones, ella les garantiza la mayoría en el capital de la empresa por la adquisición de títulos antes de la subasta pública. A fin de impedir un control de los inversores extranjeros, más del 80 % de las grandes firmas ( y del 75 % de conjunto) privatizadas en 1993 lo fueron por esta segunda modalidad. De hecho, si cada salariado cedía tres de los cupones gratuitos recibidos por su familia en 1992, normalmente era suficiente para asegurar un accionariado asalariado mayoritario en la mayor parte de las grandes privatizaciones. Ciertas encuestas citadas por Boycko y otros (1993, pg168) muestran que las compras suplementarias de acciones por los asalariados en las subastas públicas permitieron una media de accionariado asalariado de al menos el 70 % (del cual el 17 % en manos de los dirigentes de la firma).
Además de los cupones gratuitos, las empresas rebajaron el coste de las acciones para los asalariados acordando rebajas para ellos hasta el 10 % del precio de compra, gracias a unas deducciones sobre los beneficios no repartidos y acordando préstamos a bajo interés para financiar sus compras de acciones durante este periodo de fuerte inflación. En la ‘Panadería Bolchevique’ de Moscú, por ejemplo, los asalariados recibieron descuentos, préstamos, permisos remunerados y transporte gratuito para acudir a las subastas.
A remarcar que, aunque las acciones de este género en el escalón central y en los escalones locales puedan justificar que se hable de ‘gratuidad’ en el proceso de privatización, no se puede decir nada seguro sobre el valor de los activos así adquiridos, ni sobre una posible subvaloración de éstos, porque los precios de compra, l capital social y los resultados están siempre indicados en rublos. (pgs 16 y 17)
Anteriormente ‘Problèmes ëconomiques’ escribía (pg 13) :
Dado que su patrimonio está relativamente poco diversificado, no es casi probable que los asalariados-accionistas conserven por mucho tiempo sus acciones. a medida que las vendan, el marco creado por la CES degenerará muy probablemente. Es paradójico, sin embargo, que esta degradación probable en las grandes firmas constituye, de hecho, la principal cualidad de este modo de privatización (...) Constituye una estructura capaz de evolucionar progresivamente hasta llegar a sistemas clásicos de gestión, con inversores estables procedentes del exterior, los cuales permetirán una verdadera transforma ión de las grandes empresas industriales y no ya una simple transferencia de la propiedad de las acciones.”
COMPRA DE LAS EMPRESAS POR LOS ASALARIADOS: UNA TRANSICIÓN
La ‘compra de las empresas por los asalariados’ es sólo una transición. En todo estado de cosas, numerosas empresas así privatizadas no son ‘rentables’ y están destinadas a la quiebra, a ser reestructuradas, descompuestas, dislocadas, liquidando en parte, si no en su totalidad, su plantilla.
Su situación económica conduce obligatoriamente a la gran mayoría de los asalariados a liquidar sus acciones.
De todas formas, la mayor parte de las acciones han sido cedidas a alguno de los 600 dondos de inversión que las gestionan.
LA BANCAROTA DE LA MMM
Hay que recordar aquí la bancarrota de la MMM
En principio, los ‘fondos de inversión’ emiten acciones y, con el capital así adquirido, compran (y venden) acciones de empresas en vías de privatización. El MMM era el más importante de estos fondos. Según su director, contaba con diez millones de accionistas. En seis meses, la acción MMM había pasado de 1.600 rublos a 125.000, en razón de los beneficios operados y de la especulación. Pero las actividades de la MMM no estaban legalmente registradas. En consecuencia: eran especulativas, por no decir pura y simplemente un camelo.
Los servicios fiscales le reclamaron el pago de 50 mil millones de rublos por atrasos fiscales que eran imposibles de pagar: las cajas estaban vacías. Miles y miles de ahorradores intentaron vender sus acciones y exigieron su reembolso. La dirección de la MMM publicó una carta en la cual afirmaba que “a partir del 19 de julio de 1994 la cotización de la acción se fija en 1.000 rublos” y añadía: “Usted no perderá nada si guarda sus acciones, porque en tres meses su cotización habrá subido por encima de los 100.000 rublos”. La dirección de la MMM fué arrestada y la MMM quebró.
Un despacho de la AFPP, de 20 de agosto de 1994 explicaba:
EL BANCO CENTRAL RUSO SUJETA CON ALFILERES 27 ‘FONDOS DE INVERSIÓN’
“El banco central ruso (BCR) puso en guardia el viernes al público frente a las actividades de 22 fondos de inversión del tipo MMM, la firma cuyo hundimiento de acciones, a finales de julio, arruinó a decenas de millares de personas. Estas sociedades, precisa el Banco central, no tienen autorización para percibir dinero de los particulares. No están sometidas a la inspección del BCR , el cual no puede garantizar sus actividades. Una advertencia del mismo tipo, referente a la MMM, la más conocida de estas sociedades que prometen dividendos maravillosos, que de hecho sólo pueden ser pagados gracias a la aportación de nuevos accionistas, sembró el mes pasado un pánico monstruoso entre los accionistas y obligó a la MMM a devaluar sus títulos (de 115.000 a 1.000 rublos). Por su parte, el Ministerio ruso de finanzas indicó, el viernes, que los ‘certificadas’ MMM (un céntimo de acción, puesto en venta cunando los títulos MMM valían más de 100.000 rublos (alrededor de 270 francos) no estaban en absoluto garantizados, que no tenían, por tanto, ningún valor. A pesar de las edvertencias del gobierno, del hundimiento de los títulos y de la detención del presidente del MMM, Serguei Mavrodi, acusado de fraude fiscal, centenares de accionistas continuan manifesrándose cada día para exigir la liberación de ese hombre de negocios”
PRIVATIZACIÓN: SEGUNDA FASE
El dos de julio de 1994 Boris Yeltsin firmaba el decreto que abría una segunda fase de privatizaciones. En agosto, Anatoli Tchoubaïs, primer vice-primer ministro, encargado delas privatizaciones, cerraba la primera fase. Según él, el 70 % de las empresas estaba ya privatizado. Cifraba en 40 millones el número de accionistas. El 70 % de las empresas privatizadas en el curso de esta primera fase lo habría sido según la modalidad que atribuía el 51 % de capital escriturado a los asalariados de la empresa. La nueva ola debería conducir a que el 90 % de las empresas estuviera privatizado antes de finalizar el año 1995.
Pero las modalidades de la segunda fase de privatizaciones han sido muy diferentes de la primera. Las acciones de las empresas han sido compradas y no cambiadas por bonos (los “Vouchers”). Al mismo tiempo, las privatizaciones no eran ya obligatorias. Las regiones y los municipios dispusieron de una mayor autonomía en su aplicación.
La venta de acciones debería permitir a las empresas disponer de una masa monetaria susceptible de favorecer las inversiones y la marcha de las empresas. ‘L’Humanité’ informaba:
Dimitri Vassiliev, vice-presidente del Comité de Estado para los bienes explicaba en Izvestia del 29 de junio último (1995) que las acciones serían repartidas en tres grupos: el primero, constituído por el 6 % de la población -de 9 a 10 millones de personas-; un segundo grupo, por inversores extranjeros con los mismos derechos que los rusos; en tercera posición, los bancos. Finalmente, y muy alejados, los “colectivos”. es decir el personal de las empresas.
En efecto, y es la más fuerte de las consecuencias de las novedades, el personal de las empresas no podrá ya detentar la mayoría de las acciones, como en la primera fase de la privatización. Tendrán, sin embargo, acceso al 205 o 30 % del capital, lo que hace decir a Boris Fiodorov que en la medida que las acciones caigan “en manos de un número más restringido de accionistas”, éstas ejercerán una influencia más sensible en los asuntos de las sociedades y el gobierno tendrá el deber de defenderlas”. Lo que “Les Echos” traducían en estos términos de 14 de julio último: Los inversores privados podrán adquirir la mayoría del capital de una empresa y reestructurarla, mientras que actualmente los colectivos de asalariados controlan la mayor parte de las empresas privatizadas.”
El mismo artículo de L’Humanité’ informaba:
“Deseoso de facilitar el proceso de privatización, Boris Yeltsin aprobó, mientra hacía un crucero por el Volga, las iniciativas de Nijni-Novgorod. Éste, escribe la agencia Tass, decidió vender los activos y no las empresas nacionalizadas: “Esto significa, comentó el presidente de Rusia, que el nuevo propietario no heredará las deudas de las empresas y no estará obligado a contratar a su antigua plantilla. Así aparece una oportunidad de organizar un trabajo lucrativo”
NUEVAS PRIVATIZACIONES
En el mes de marzo de 1995, el gobierno anunció que procedería a nuevas privatizaciones para enjugar un agujero presupuestario de 81.000 millones de francos. Un consorcio de bancos le propuso accede a un préstamo a cambio de la destión “temporal” de la participación estatal en las empresas públicas. En el caso de que el gobierno no reembolsara este préstamo, los bancos guardarían estas participaciones, libres para revenderlas.
Para atenuar el escándalo provocado por esta proposición, el gobierno respondió que la ‘segunda fase de privatizaciones’ no había alcanzado las previsiones y que era preciso encontrar recursos que enjugaran el agujero presupuestario. Según él, vender directamente las acciones haría bajar las cotizaciones, ya depreciadas. En el veranbo de 1995, en lugar de los 18,7 billones de rublos (1.900 millones de francos) las privatizaciones sólo aportaron al presupuesto 250.000 millones.
Oficialmente, el 26 de septiembre Boris Yeltsin aprobó un nuevo plan de privatizaciones que afectaba a 29 empresas, mientras que inicialmente debían haber sido 46. Tres meses más tarde Le Monde de 24 de enero de 1996 sacaba el siquiente balance:
“SUBASTAS AMAÑADAS
Esta segunda etapa ha tomado la forma original de préstamos al Estado a cambio de participaciones. Debía permitir ingresar 9 billones de rublos (10.000 millones de francos), pero ha quedado muy lejos del objetivo. Más grave, quizá, es que la subasta de acciones detentadas por el Estado en algunas de las más grandes y rentables empresas del país, ha aparecido claramente como un montaje. Porque la operación se ha revelado como un enmascaramiento de la oferta que hizo en abril el consorcio de bancos, que proponínan prestar dinero al gobierno a cambio de acciones en las empresas del estadfo. Como ésto provocó el escándalo, Boris Yeltsin decidió en agostó, por decreto, que las acciones serían subastadas. Anatoli Tchubaïs aseguraba incluso que los inversores extranjeros no sólo estarían autorizados a participar, sino que serían ‘bienvenidos’. Un mes más tarde, sin embargo, el gobierno anunciaba que los extranjeros no podrían participar en la subasta de las empresas ‘estratégicas’. Paralelamente, bajo el efecto del lobby militar, de las protestas de la oposición nacionalista, incluso de los jefes de empresa afectados, la lista de las empresas puestas en el mercado se reducía para finalmente pasar de 46 a 15.
A pesar de la organización oficial de las subastas, la segunda fase de la privatización se ha resumido en arreglos privados previamente preyparados. Dos de los más grandes bancos del país, supuestamente próximos al poder, Menatep y Oneximbank, se han hecho -directamente o a través de intermediarios- con las más bellas joyas de la industria rusa: los gigantes del petróleo Sidanko y Iukos, el productos de metales raros, Norilsk Nickel. Estos bancos ha pagado precios considerados ridículamente bajos en las subastas, las cuales a menudo eran organizadas por ellos mismos y de las que a veces descataban concurrentes ‘por razones técnicas’.
En el dominio petrolero, el hecho es sangrante. Las acciones de las tres mayores compañías petroleras, Lukoil, Sidanko y Iukos, cuyas reservas serían al menos equivalentes a las de los gigantes occidentales como la americana Exxon, han sido vendidas a precio de saldo. El 51 % de las acciones de Sidanko, la cuarta sociedad petrolera rusa, han sido vendidas por 130 millone de dólares a la Compañía Financiera Internacional, estrechamente ligada a Oneximbank. Ésta última consiguió, también en noviembre, el 38 % de las acciones de Norilsk Nickel (35 % de las reservas mundiales de Níquel) y en una subasta organizada por él mismo, por la módica suma de 1270,1 millones de dólares -100.000 dólares por debajo del precio de salida- cuando una oferta dos veces superior del Rossiiski Bank Kredit era rechazada por ‘insuficiencia de garantías financieras’
El banco Manatep consiguió por sólo 309 millones de dólares el 78 % de las acciones de Iukos, número dos del petróleo ruso, la cual extrae anualmente 35 millones de toneladas de bruto. Menatep, que organizaba la venta, rehusó los 350 millones de dólares propuestos por una troika de bancos concurrentes (Inkobank, Alfabank i Rosiiski Kredit) por “razones técnicas”. En cuanto a Lukoil, la mayor compañía petrolera rusa, la adquirió, con el banco Imperial ligado al gigante del gas Gazprom (éste muy próximo al presidente del gobierno), 5 % de sus propias acciones, por la suma de 35 millones de dólares (y contra el pago de sus atrasos fiscalesº de 111 millones de dólares). Una compañía petrolera americana tuvo que pagar 250 millones de dólares hace un año por el 6 % de las acciones...”
EL GAZPROM
Las privatizaciones penetraron profundamente el sector esencial en Rusia de las materias primas, del petróleo, del gas. Se han formado sociedades del género GAZPROM. GAZPROM es el mayor monopolio del mundo. Su valor se estima entre 250 y 900 mil millones de dólares. Eemplea 360.000 personas. Es una empresa mixta : el 40 % del capital es estatal, el 15 % de los empleados.
“ El resto del capital ha sido vendido a “ciudadanos rusos en ciertas regiones” (34 %). Cerca del 10 % del capital, del cual el 9 % ha sido prometido a los mercados extranjeros, están todavía en manos de la empresa misma, que se resiste a vender “por cuatro perras esta joya” a los inversores extranjeros. El capital continúa muy cerrado. A pesar de las promesas, continúa prohibido vender o comprar acciones de las sociedad sin el acuerdo de la dirección. Gazprom es uno de los primeros productores de divisas del país (35 % de los ingresos) y el primero en contribuir a los presupuestos del Estado. Cerca del 35 % de las rentas del Estado vienen del sector energético. La mitad de esta suma la paga Gazprom”. (Le Monde del 12/12/95).
LA PRIVATIZACIÓN DE LA TIERRA
Las publicaciones que tratan de la privatización de la tierra afirman que en Rusia, generalmente, en la agricultura no ha tenido lugar. Es falso.
Uno de los primeros actos del poder soviético fue la nacionalización de la tierra. La reforma agraria atribuía a los que se benefiaciaban de ella el disfrute de lotes de tierra que se les atribuían, pero el Estado conservaba la propiedad. ¿Por qué?
Marx distinguió la renta diferencial y la renta absoluta. Todo propietario de tierras hace pagar al que utiliza su tierra una renta proporcional a la fertilidad, a trabajo igual, de aquella. pero Marx subraya que de todas formas el propietario hace pagar al que la utiliza una renta independientemente de su fertilidad. Marx llama a esta parte de la renta : la renta absoluta. El Estado soviético, al nacionalizar la tierra, atribuyendo lotes cultivados por sus usuarios sin que le pagaran nada, se apropiaba de la renta absoluta, y la otra parte de la renta, la renta diferencial, revertía sobre los que cultivaban los lotes. Cuando el cultivo de la tierra se hacía por granjas del Estado (Sovkhoses), la renta diferencial la ingresaba igualmente aquél.
Con la colectivización, la constitución de Kolkhoses, la planificación, la fijación de cuantías a librar al Estado a precios fijados por él, este último podía participar en parte de la renta diferencial de la que se benefiaciaban anteriormente los cultivadores de los lotes.
El 28 de diciembre de 1991, Yeltsin firmó un decreto por el cual la propiedad estatal de la tierra era abolida. Desde entonces sovkhosianos y kolkhosianos eran los propietarios de las tierras que cultivaban, que pasaban a ser enajenables. Todo sovkhosiano o kolkhosiano podía reclamar su parte de tierra, una parte del material agrícola y convertirse en labrador particular. Bien entendido: renta absoluta y renta diferencial volvían de nuevo a los propietarios de la tierra.
Voluntariamente o no, los comentadores confunden dos cosas: el restablecimiento de la propiedad privada de la tierra y el hecho de que hasta el presente muy pocos han sido los que han constituído explotaciones individuales. Ello no impide que la propiedad estatal de la tierra esté liquidad, que la renta diferencial juegue su papel: hay explotaciones pobres y otras que se enriquecen. Igualmente, se desarrollan diferenciaciones sociales en el interior de las explotaciones y ello sobre la base de la propiedad privada restablecida de la tierra.
Un reportaje aparecido en ‘Libération’ muestra cuáles son las reacciones de los trabajadores de la tierra.
“En su inmensa mayoría, los ‘campesinos’ rusos son más que retincentes a ver desmantelar el sistema de granjas colectivas que presentan la inmensa ventaja de pagar un salario, aunque sea bajo, por un trabajo mínimo. Y las experiencias de estos últimos años han reforzado la desconfienza natural de los agricultores. ‘ Sólo ha sido posible poseer tierras en la región donde los primeros granjeros se instalaron por su cuenta, a partir de 1992’ precisa Alexeii. Al principio, todo iba bien. Se podía comprar tractores a buen precio, conseguir préstamos para los abonos, las simientes. La inflación ayudaba a devolverlos. Después todo se ha torcido. Moscú prefiere proveerse del extrajero. Imposible obtener créditos de los bancos, y por tanto ni granos ni fertilizantes. Endeudados, los campesinos han debido revender sus tierras para volver a las granjas colectivas.
EL PAISAJE DE FONDO DE LAS PRESIDENCIALES
DE NUEVO SOBRE LA SITUACIÓN ECONÓMICA
Tanto como la extensión y profundidad de las privatizaciones cuenta la desagregación de la economía de Rusia. Ambos van juntos y se complementan. En un informe titulado ‘La vida económica en la Rusia de los tiempos de Yeltsin’ podemos leer:
“Los misterios de la balanza de pagos.
De acuerdo con los cálculos del instituto de previsión económica de la academia de ciencias, la relación exportaciones/PIB se acerca al 23,5 %, pero las importanciones no llegan más que al 18,8 % . (En 1993, en millones de dólares : exportaciones 46.300, importaciones 34.400, saldo 11.900. Después esta tendencia se ha acentuado.) ¿Cómo explicar este dexcedente a priori sorprendente? La caída de las inversiones disminuye las importaciones de los bienes de equipo. El descenso de la producción industrial reduce el consumo interior de materias primas y de productos intermedios, lo que permite mantener un alto nivel de exportaciones. Los fondos conseguidos así financian las importaciones de bienes de consumo y la salida masiva de capitales.”
En un texto publicado por ‘Problèmes économiques’ nº 2409 del 1 de febrero de 1995, se plantea la cuestión:
“¿Rusia se orienta, por tanto, hacia la producción únicamente de materias primas y bienes de consumo de baja gama? Un vistazo selectivo por algunos sectores no permite hoy afirmar la hipótesis de este escenario de ajuste por lo bajo, incluso si grandes incógnitas subsisten en cuanto a la posibilidad de supervivencia, de reconversión y de repunte a largo plazo de las antiguas industrias punteras (aeronáutica, armamento..)”
El informe citado arriba indica:
“¿Hasta cuándo?, tal es la pregunta que todos se hacen al ver funcionar hoy a Rusia. ¿Hasta cuándo se la podrá transformar sin que haya mantenimiento de las refinerías? ¿Hasta cuándo las centrales nucleares aguantarán el golpe sin reparaciones mayores? ¿Hasta cuándo se podrá pagar las importaciones de bienes de consumo que eviten una explosión social?.
Rusia está “comiéndose” su capital. La inversión ha descendido a un nivel tan débil que no asegura el mantenimiento del stock de capital existente. A excepción de las empresas del sector militar, la industria soviética disponía ya a mitad de los años 80 de un parque de máquinas antiguo. Depués la inversión no ha cesado de bajar. Resultado: el potencial productivo del país baja a la medida en que quedan fuera de uso los equipamientos, por falta de mantenimiento o de piezas de recambio. Esta situación plantea también problemas de seguridad, especialmente en materia nuclear, petróleo o química, donde los sistemas de control son vetustos y el estado de las canalizaciones preocupante.”
Más lejos:
“Los expertos dividen hoy las empresas en cuatro categorías. La primera reúne aquellas empresas tan inadaptadas que no ya consiguen vender nada hace tiempo y que sobreviven gracias a las subvenciones del Estado. La segunda reúne a empresas mejor gestionadas, pero con producciones igualmente deficientes y que no disponen de medios para reconvertirse. Éstas deberían también desaparecer en gran parte. La tercera categoría incluye las empresas que, a diferencia de las precedente, tienen recursos, porque venden productos exportables o porque no tienen mucha competencia de las importaciones. Éstas deben reconvertirse prograsivamente. Cuarta y última categoría,, las empresas que ya han conseguido desarrollar producciones de acuerdo con las normas internaciones y que consiguen, exportando, procurarse las divisas que les permiten importar lo equipos y los recambios necesarios para su desarrollo”.
En cuanto a la producción agrícola, no es mucho más brillante la situación. Para tomar el ejemplo de los cereales, la producción en 1992 en Rusia fue de 103 millones de toneladas, de 77,9 millones en 1995. En lo que respecta al trigo, las cosechas fueron de 36,7 millones de toneladas en 1987, de 49,6 millones en 1990, de 46,2 millones en 1992, de 43,5 millones de toneladas en 1993, de 32,7 millones en 1994 y de 29 millones en 1995.
No hay que olvidar, además, que la economía de Rusia está profundamente penetrada y controlada por mafias que literalmente le hacen pillaje y la descomponen. Ejemplo: se cifra en 100.000 millones de dólares cada año la huída de capitales de Rusia.
Esto es lo que aplasta, sangra económica y socialmente a los obreros y campesinos de Rusia, al proletariado ruso en todos sus componentes y lo que explica el progreso electoral del PC. Ante la perspectivas de las elecciones presidenciales, Boris Yeltsin ha tenido que “hacer algo”: ha modificado la composición de su gobierno. La principal víctima fue Anatoli Tchubais, considerado como el “padre de las privatizaciones”. Le Monde del 18/1/96 comentaba como sigue este despido:
“Oficialmente, el Kremlin le reprocha ser responsable de grandes retrasos de pagos de salarios en la función pública, de un fortísimo aumento de las suspensiones de pagos en las empresas, que alcanzarían los 10.000 millones de dólares a finales de 1995, y de una organización ‘poco honesta’ de las ventas en las subastas de los bienes del Estado. Las últimas atribuciones de partes de emepresas nacionalizadas a bancos, a cambio de préstamos al Estado, se han desarrollado bajo la marca de un nepotismo escandaloso.”
Anatoli Tchubais ha sido reemplazado por un tal Vladimir Kadannikov, que dirigía desde septiembre de 1988 las fábricas de automóviles LADA. Le Monde del 27/1/96 indica:
EL SENTIDO DEL NOMBRAMIENTO DE KADANNIKOV
“En Moscú, algunos temen que M. Kadannikov esté dispuesto a aplicar al país las recetas puestas en funcionamiento en su fábrica. El salario medio (un millón de rublos por mes, o sea, mil francos) es allí dos veces superior a la media nacional. Pero los emolumentos a Ato-Vaz no se han pagado desde noviembre...
Podemos temer que el nuevo patrón de la economía rusa no quiera lo que ha prometido Boris Yeltsin, relanzar la producción. Ato-Vaz (ex-LADA) anunció, su intención de producir desde enero 40.000 coches más en 1996, pero Kadannikov reconocía que de esa manera aumentaría las pérdidas de una fábrica ‘que gasta más que gaba’.
Después de su nombramiento, el jueves, Kadannikov afirmó que él apartaría ‘correcciones serias a la política industrial.”
Otros ministros han sido destituidos y reemplazados. Libération del 17 de enero de 1996 anunciaba : “una ola de remodelaciones sin precedentes: siete personalidades, entre los cuales dos demócratas de renombre, el ministro de Asuntos Exteriores, Andrei Kozyrev, y el jefe de la administración presidencial, Serguei Filatov, han dejado ya su cargo desde enero.”
La pregunta está planteada : ¿Pondrá en cuestión Boris Yeltsin las privatizaciones? La respuesta: querría pero no puede:
* necesita obtener un importante crédito del FMI
* obtener un reescalonamiento de la deuda exterior de Rusia, que alcanza los 120.000 millones de dólares
* obtener el control de la deuda comercial contraída con 600 bancos
* mantener el control del crecimiento de la masa monetaria
Las relaciones entre Boris Yeltsin y el imperialismo son distendidas, incluso si electoral y verbalmente se permite algunas fantasías, hasta incluso si toma algunas decisiones que no afectan al curso de la restauración del capitalismo en Rusia. Dos acontecimientos acaban de probarlo, por si fuera necesario.
Intervención russa en Chechenia o no, el 25 de enero de 1996 los diputados de la Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa votaron por 165 votos a favor, 35 en contra y 15 abstenciones, a favor de la adhesión de Rusia a este Consejo. Creado en 1949, la vocación afirmada del Consejo de Europa sería ‘defender los derechos del hombre y la democracia’ en el continente europeo a través de 160 convenios y principalmente del convenio europeo de los derechos humanos elaborado en 1950.
Después de largos meses de discusiones con el gobierno ruso, el Fondo Monetario Internacional acaba de acordar un préstamo al Estado ruso de 10.200 millones de dólares (alrededor de 50.000 millones de francos). El primer año el Estado ruso deberá recibir 4.000 millones de dólares, en pagos mensuales aprobados por los miembros del Fondo. En principio, el Kremlin debe mantener el crecimiento de los precios en el 1 % mensual y el déficit p`resupuestario no debe superar el 4 % de PIB. El FMI estima que las privatizaciones deben continuar, el sistema bancario ser mejor controlado y hacerse un conjunto de reformas estructurales (entre ellas la fiscal) que permetirán aumentar los ingresos del estado. Se trata de un apoyo a Yeltsin en vista de las elecciones presidenciales.
Ciertamente, no se ha privatizado la totalidad de las empresas. Pero en ningún país es ese el caso. Hoy hay que constatar que jurídicamente la mayor parte de las empresas del país son privadas. Los ‘expertos’ burqueses estiman que ‘ a pesar de sus insuficiencias, el programa de privatización es hoy, probablente, irreversible (Problèmes économiques nº2425-24 mayo 1995). Pero la plena restauración capitalista exige que sean cumplidos otros pasos: la supresión de las subvenciones a las empresas no rentables, su reestructuración, su liquidación, millones de despidos.
El artículo ya citado, “Una economía desarticulada” , explica:
“Desde el punto de vista estríctamente económico, la desaparición de los múltiples dinosaurios industriales que continúan produciendo bienes que nadie compra no es grave... El verdadero problema es de orden social. En ciertas ciudades, toda la población depende de un sólo combinat, el cual posee el parque de viviendas y gestional el hospital, los comercios... Cerrar la fábrica es cerrar la ciudad. Incluso en las grandes ciudades, la vida de numerosos (millones y millones, NDLR) asalariados rusos de base es ampliamente facilitada por la supervivencia de algunas ‘adquisiciones del socialismo’. Las cargas ligadas al alojamiento (alquiler, calefacción, electricidad, teléfono) continúan a un oprecio módico para todos aquellos que están alolados por su empresa o su administración. Este particularismo (sic) de empresa frena el establecimiento de un verdadero mercado de trabajo y de vivienda.
Los dirigentes no lo han comprendido todavía (¡ah!), ya que dudan, por un lado, de cerrar el grifo de las subvenciones a las empresas en coma profundo, negándose , por el otro, al desarrollo de un sistema de protección social independiente de las empresas, lo que permetiría a los asalariados cambiar de empleo con menor coste. Se han necesitado presiones del Banco Mundial (lo dice al autor del artículo, NDLR) -es el colmo- para que se haya puesto en funcionamiento una (débil) indemnización de paro.”
Es lo que el Presidente en el poder y su gobierno deberán realizar, inmediatamente después de las elecciones presidenciales, para llevar hasta el final la restauración del capitalismo. El proletariado, la población trabajadora, la juventud rusa, que sufren ya duramente las consecuencias de la marcha hacia la restauración capitalista, se verán todavía más duramente aplastadas económica y socialmente. Obreros y campesinos serán rechazados del proceso económico por millones y millones.
EL ENFRENTAMIENTO ES INELUCTABLE
LAS MANIOBRAS DE YELTSIN
Boris Yeltsin y Ziuganov, secretario del PC, son oficialmente candidatos. Yeltsin no puede tener otra política que la que continúe la marcha a la restauración capitalista. Su política de represión militar en Chechenia ilustra que su respuesta a las aspiraciones de los pueblos a la independencia es una política gran-rusa. en contraste, finalmente, se somete estrchamente a las potencias imperialistas, particularmente al imperialismo americano.
La destitución de Andrei Kozirov, servil en la relaciones con las potencias imperialistas, del puesto de ministro de Exteriores, su substitución por Primakov, considerado como defensor intransigente de los intereses de Rusia, no cambia nada en cuanto al fonde de las cosas. Sin duda, Primakov pronunció ‘palabras fuertes’ en sus primeras declaraciones como ministro, el 12 de febrero :
“A pesar de todas las dificultades, Rusia continúa siendo una gran potencia”. Pero añadió: “Esto no es contradictorio con una asociación con los antiguos adversarios de la guerra fría”. Que debe estar fundado “en la igualdad “. A propósito de la extensión de la OTAN a los países del antiguo pacto de Varsovia, podría significar que la OTAN desplegue sus misiles a poca distancia de Rusia. En ese caso, Rusia podría a su vez redesplegar misiles nucleares de alcance intermedio.
“ Sin embargo, (escibe Le Monde del 15/1/96) Primakov, como su predecesor Andrei Kozyrev, deja la puerta abierta a un compromiso con el Oeste sobre este tema. Lo que Moscú quiere impedir a cualquier precio ‘es un movimiento de infraestructuras militares de la OTAN ‘ hacia las fronteras rusas. Lo que deja entender que Rusia estaría dispuesta a aceptar un compromiso: la integración política de ciertos países de Europa central en la Alianza Atlántica. Estas ‘medidas de retorsión’ no intevendrían más que en caso de despliegue de medios militares particularmente si son nucleares.”
Como lo prueban la entrada de Rusia en el Consejo de Euyropa, el préstamo que le acaba de conceder el FMI, las visitas al Kremlin de Khol, Juppé, etc, Yeltsin se beneficia del apoyo total del imperialismo cara a las elecciones presidenciales. El nombramiento de Primakov como ministro de Asuntos Exteriores, en lugar de Kozyrev, es un acto electoral : Boris Yeltsin quiere esgrimir la bandera del nacionalismo.
¿Y EL PC?
Pero ¿qué perspectivas abre el Partido Comunista y su secretario general Ziuganov? Son de lo más vagas.
*Constitución de una “unión de las fuerzas patrióticas que se apoye en la Duma”, formación de “un gobierno de confianza nacional con un programa correspondiente” Es decir, gran-ruso y nacionalista en referencia a la grandeza pasada de la ex-URSS.
*Ziuganov participó en el forum de Davos (todo un programa).
“Interrogado sobre sus intenciones en economía, Ziuganov ha denunciado con violencia el estado actual del país: es ‘el cataclismo, la ley de la selva y el reino de las mafias’. Ha explicado que es partidario de un ‘mercado regulado en el cual coexistan varios tipos de propiedades, las propiedades del Estado, colectivas, cooperativas y privadas’. Ziuganov se refiere a menudo a la economía mixta, como la de Francia, Suecia o ...Shanghai.”
El PC de Rusia no es en absoluto un ppartido obrero, no representa de ninguna manera los intereses de la población trabajadora, de la juventud: es un partido salido de la burocracia del Kremlin, de una fracción de ésta que quiere, utilizando las posiciones que ocupa en el aparato del Estado y las empresas, hacer que la restauración capitalista la respete y se haga en su provecho.
EL PROLETARIADO: OBSTÁCULO A LA RESTAURACIÓN CAPITALISTA
En el estadio actual, en el modo de producción capitalista, no hay lugar para un capitalismo ruso potente y desarrollado, sino solamente para un capitalismo del tipo semi-colonial, estrechamente subordinado a las potencias imperialistas dominantes, al capital financiero. La inestabilidad política actual asusta a los capitales. Sin embargo, es significativo que se inviertan tan pocos capitales en Rusia, y también los sectores en que se dan las inversiones : “ Las inversiones extranjeras (son) ridiculamente bajas (5.000 millones de dólares desde 1991). Todavía no han despegado: sólo se esperaban 1.200 millones de dólares en 1995” (Bilan économique et social,1995); estas inversiones afectan principalmente al sector comercial, la explotación de materias primas y la industria ligera.
El mayor obstáculo a la restauración capitalista sigue siendo el proletariados, por la buena razón de que aquélla significa su laminación, la decadencia económica y social de decenas de millones de obreros, de campesinos, de trabajadores. El verdadero fren, hoy, a la restauración capitalista son ellos. Su fuerza potencial es enorme y temida, como acaba de demostrar la huelga de los mineros. Libération del 5 de febrero de 1996 escribía:
Frente a un movimiento que amenaza con extenderse, el gobierno, prioritariamente, ha soltado lastre, y el viernes por la noche iniciaba el desbloqueo de 2,4 billones de rublos (2.600 millones de francos) en subvenciones suplementarias para el primer trimestre de 1996. Concesiones juzgadas suficientes por la dirección moscovita del sindicato, pero que parecen lejos de satisfacer a los mineros.”
Este periódico cuenta lo siguiente:
“El problema para Serguei (secretario de la sección sindical), este sábado a mediodía, es convencer a los mineros, la llamada base, de que es hora de reemprender el trabajo..
‘Hemos ganado, comienza Serguei, aunque ciertamente so sea la victoria final, pero el gobierno ha tenido miedo. Desde hace dos meses se negaba a discutir con nosotros. Hemos mostrado nuestra fuerza y en cuarenta y ocho horas ha cedido. Hemos obtenido lo máximo. Los camaradas en Moscú han decidido suspender la huelga y nosotros debemos obedecer sus órdenes. Las otras regiones ya han parado. No tendría sentido continuar’. Lo mineros se manifiestan golpeados por el grisú. ‘¿Dónde están nuestros salarios?’, grita uno de entre ellos ‘¿dónde está nuestro dinero? No tenemos necesidad de regalitos del gobierno’ . Serguei agita el acuerdo firmado por los negociadores . ‘¿tú estás sordo o qué?’, chilla otro, ‘eso no es más que una hoja de papel. Si hoy volvemos al trabajo, mañana olvidarán lo que han firmado¿por qué quereis que yo vuelva al fondo de la mina si todavía no me han pagado el dinero que me deben?. Boris Migunov, director de la mina, acude en ayuda. ‘Los sindicatos han obtenido miles de millones. Yo me comprometo a abonar la paga de octubre el próximo martes. Bueno, y ahora se ha acabado. Todo el mundo al trabajo.’
La asamblea general se levanta. Ante lo absurdo, los mineros se miran, encienden un cigarro. ‘A cuatro meses y medio de las elecciones presidenciales, que estoy seguro que ganará Boris Yeltsin, otras ramas de la industria podían haber seguido nuestro ejemplo. Yeltsin lo sabe bien. Llegó al poder gracias a la huelga de los mineros de 1989 y a nuestro apoyo. Si volvemos ahora, no habremos conseguido nada. El director no puede ni siquiera prometer que nos pagará los salarios de noviembre y diciembre antes de que acabe febrero. Entre Moscú y nuestros bolsillos, las subvenciones se pierden. Cuando lleguen, la inflación se habrá comido nuestras pagas’”
FUERZA Y DEBILIDAD DEL PROLETARIADO RUSO
Los límites actuales del proletariado ruso están ahí. Una fuerza potencial temible pero que -en el proceso de la crisis de la burocracia del Kremlin- no ha podido generar organizaciones políticas que la representen y defiendan sus intereses. En cuanto a las organizaciones sindicales, muy a menudo son la continuidad de los seudo-sindicatos estalinistas, componentes del estado burocrático y qye continúan ligados a esta o aquella fracción de la burocracia estallada del Kremlin. En resumen, al proletariado ruso le falta un partido que plantee los problemas y responda a ellos en el nivel en que éstos se sitúan: el del poder político, el de la re-toma del poder político por el proletariado. El proletariado de Rusia, como de la URSS, no ha tenido hasta ahora los medios para reapropiarse de su propia historia, para enlazar con la revolución rusa, reconstruir un partido bolchevique auténmtico.
Este es, sin duda, un efecto prolongado del descrédito que la burocracia del Kremlin ha arrojado sobre la revolución de octubre, pero también de que aquélla haya controlado estrechamente toda la vida económica, social y política de Rusia y de la URSS. Con el estallido de la burocracia del Kremlin, su aparato no ha sido disuelto. Está también dislocado, sus fracciones se han adaptado al proceso de la restauración capitalista en el que juegan un papel activo y de sumisión de las masas a este proceso. El PC es una falsa salida política para ellas. Las organizaciones ‘sindicales’ heredadas del aparato del Estado estalinista continúan encuadrándolas en gran parte.
Ha faltado y falta un patido de la IV Internacional que lleve hasta el final el combate contra la burocracia del Kremlin, sus fracciones, sus secuelas, para la construcción de nuevas organizaciones obreras y de una nueva sociedad en la que aquéllas serían extirpadas hasta sus raíces, un partido que desarrolle el programa de la revolución plítica. Que tal partido falte no es un azar. La desnaturalización de la IV Internacional por el revisionismo pablista, los Pablo, Mandel y sus émulos, la liquidación de la posibilidad de su reconstrucción por los otros tipos de revisionismos desarrollados por los Gerry Healy, los Lambert, los Moreno y otros, son responsables de la destrucción de la IV Internacional. Subsisten de ella sólo etiquetas engañosas que enmascaran la adaptación a la sociedad burguesa, a los partidos social-demócratas y estalinistas y/o a los aparatos burocráticos sindicales. En estas condiciones, un auténtico programa de la revolución polítivca no ha podido constriurse en Rusia y más ampliamente en la URSS.
Entonces, ¿qué queda del Estado obrero salido de la revolución de octubre? La superestructura política es incontestablemente burguesa, la restauración capitalista está muy avanzada, sin haberse acabado. Queda sobre todo un gigantesco y potente proletariado, pero que no tiene partido ni organizaciones propias que lo agrupen en su conjunto y que está sumido en la confusión. En las elecciones presidenciales del 16 de junio no estará representado. Los resultados no son por ello menos inciertos. ¿Quién las ganará? ¿Yeltsin, Ziuganov o un tercero?¿La casta de los oficiales, o una parte de ella, jugarán algún papel? Sean cuales sean los resultados de las elecciones presidenciales, el poder político (que tan bien encarna Boris Yeltsin con su alcoholismo y sus crisis cardíacas) no saldrá estabilizado. Al contrario. Continuarán trabajando las fuerzas centrífugas que tienden a dislocarlo. Además, la situación económica y financiera no puede más que agravarse; el ‘vencedor’ deberá afrontar al proletariado, la juventud; las cuestiones nacionales son explosivas (Chechenia): etc...etc... En otros términos. El periodo abierto por el estallido de la burocracia del Kremlin está lejos de estar cerrado. El curso de la lucha de clases en el mundo influirá sobre sus desarrollos y recíprocamente. El proletariado ruso puede realizar lo que no ha realizado hasta el presente: reapropiarse de su propia historia. Un partido revolucionario puede construirse sobre el eje del restablecimiento de la dictadura del proletariado.
Combatiendo por la construcción del Partido Obrero Revolucionario, por la construcción de la Internacional Obrera Revolucionaria, nuestro comité trabaja en ese sentido.
8 de marzo de 1996.

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