2006-07-21 Líbano y Palestina ¡Basta de barbarie contra el pueblo palestino expoliado, humillado y masacrado!
21 de julio Buró Político del Colectivo Revolución Permanente
¡Frente Único Obrero para lograr el cese inmediato de la ofensiva militar de Israel contra los territorios palestinos y contra el Líbano! ¡Abajo el estado sionista!
La burguesía israelí desencadena otra vez el terrorismo a gran escala con el visto bueno de la Unión Europea y de los Estados Unidos
El gobierno israelí Olmert-Peres desató la guerra en los Territorios de la Autoridad Palestina el 28 de junio y en Líbano el 12 de julio. Esta política belicista ha sido justificada por todas las potencias imperialistas que apoyaron la fundación del estado colonial sionista.
El ejército israelí comenzó las operaciones militares en Líbano tras el secuestro de dos soldados israelíes por Hezbolá el 12 de julio. A partir del 13, comandos del ejército de tierra están interviniendo en el sur del país, la armada israelí ha bloqueado el acceso marítimo; la aviación, la armada y el ejército de tierra han bombardeado en todo el país pueblos, carreteras, depósitos de gasolina, puentes, puertos, aeropuertos, barrios chiíes (es decir, los más pobres), campos de refugiados palestinos... Los grandes medios de comunicación olvidan la agresión paralela que sufren los Territorios de la Autoridad Palestina.
El ejército israelí se retiró de la banda de Gaza hace ahora un año, un millón y medio de palestinos están encerrados en un gigantesco gueto, la zona del planeta más densamente poblada, reducidos a la dependencia ante las ONG occidentales y las oficinas clericales financiadas por Irán y Arabia Saudí. Desde enero de 2006, cuando los electores de los Territorios eligieron a una mayoría de diputados de Hamás, el estado israelí bloquea la banda de Gaza. El 9 de junio, un obús lanzado por la armada israelí mató a 7 civiles e hirió a otros 35 en una playa. Tras el secuestro de un soldado israelí por Hamás el 25 de junio, el ejército sionista está interviniendo a gran escala en Gaza. Ha destruido la mayor parte de los ministerios de la Autoridad Palestina, se ha permitido arrestar a 8 ministros, es decir a un tercio del gobierno, y a 23 diputados. Su diana es, sobretodo, la población árabe de la banda de Gaza, humillada, empobrecida, estrangulada. El ejército israelí ha destruido la única central eléctrica el 28 de junio, lo que ha dejado a los hospitales y a la mayoría de la población sin electricidad y agua potable; también ha bombardeado puentes, carreteras y una universidad. Ha extendido sus operaciones a Cisjordania, que ha rodeado por completo el 20 de julio.
La diplomacia de las potencias europeas ha justificado el belicismo del estado sionista: “Jacques Chirac ha llegado a la convicción que ningún gobierno democrático será viable en Líbano, ni capaz de ejercer su soberanía sobre todo el territorio, si no se pone fin a la capacidad de hacer daño de Hezbolá.” (Le Monde, 19 de julio de 2006)
La de los Estados Unidos apoya aún más descaradamente a Israel.
La toma como rehenes de 3 soldados israelíes, realizada con el propósito de obtener la liberación de prisioneros palestinos, sirvió de pretexto al gobierno israelí que persigue objetivos fijados desde mucho antes. El mismo gobierno secuestra y asesina cotidianamente a los militantes y cuadros del movimiento palestino. A su escala, Israel, armado y subvencionado por los Estados Unidos, hace lo mismo que su amo imperialista hace en Afganistán con el apoyo de Francia y Alemania y en Irak en alianza con Gran Bretaña. Toma como pretexto los actos desesperados de los oprimidos para reducir la lucha de clases en el país, para consolidar su dominación, controlar a los regímenes que lo desafían e instalar gobiernos a sueldo. El gobierno Olmert-Peres piensa tener las manos más libres en la medida en que la administración Bush amenaza abiertamente desde hace varios meses a Irán y Siria. La ofensiva militar de Israel se inscribe en el plan de reordenación del “gran Oriente Próximo”, de Bush-Rice, plan que supone un Líbano sometido a la bota del imperialismo.
La administración Bush-Rice apoya abiertamente las operaciones israelíes. La Unión Europea pone en el mismo plano la potencia militar que destruye al Líbano y Gaza que a los pocos centenares de combatientes mal armados. Chirac también aprueba la liquidación de Hezbolá. Los trabajadores y las trabajadoras del mundo entero no pueden permanecer neutrales en este conflicto. Su contribución más eficaz sería enfrentarse a sus propios gobiernos si éstos son cómplices de la agresión sionista.
¡Frente Único de todas las organizaciones obreras para acabar con los bombardeos, las incursiones militares y el bloqueo sobre la banda de Gaza, Cisjordania y el Líbano! ¡Manifestaciones unitarias de sindicatos y partidos obreros en cada país ante las embajadas de Israel y, sobretodo, contra los gobiernos que aprueban la criminal agresión contra el pueblo palestino y el libanés! ¡Supresión de las listas negras de los Estados Unidos y de la Unión Europea y fin de toda criminalización de la solidaridad con las organizaciones palestinas!
¡Liberación de los militantes del FPLP secuestrados en marzo en Cisjordania, de los responsables de Hamás secuestrados en junio en Gaza y de todos los combatientes palestinos detenidos en las cárceles de Israel!¡Fin de las exacciones militares y del bloqueo sobre los Territorios de la Autoridad Palestina y del Líbano!¡Inmediata retirada de todas las tropas imperialistas (estadounidenses, británicas, francesas, alemanas, españolas, etc.) de Irak, Afganistán y de toda la cuenca mediterránea! ¡Fuera manos de Siria y de Irán!
Para defender sus intereses y para destruir al estado sionista, el proletariado debe romper con las burguesías árabes y persa
Las operaciones de guerrilla contra el ejército colonial son legítimas. Israel es el resultado del proyecto de los nacionalistas judíos, de aquellos que negociaron después de 1933 con el régimen de Hitler y se negaron a llamar a los judíos de Europa a la resistencia contra los nazis. Israel nació de la expoliación de los árabes de Palestina por los sionistas, con el apoyo del imperialismo estadounidense, de los imperialismos europeos y de la burocracia del Kremlin. El ejército de Israel es heredero de los movimientos terroristas sionistas y de la expulsión, por una minúscula minoría de los judíos del mundo, de los habitantes árabes de Palestina. Es un ejército colonial que tiene la misma naturaleza y que emplea los mismos métodos que cualquier otro ejército colonial, sea cual sea la nación que oprime: amenazas, corrupción, destrucción de viviendas e infraestructuras, castigos colectivos, ejecuciones sumarias, torturas... Está dotado (realmente) de armas de destrucción masiva, de entra las cuales el arma atómica.
Por más que les pese a los sionistas, no hay ningún porvenir para los judíos que quieren vivir en Palestina si no se levanta la hipoteca del estado colonial y racista. Por más que les pese a todas las burguesías imperialistas, a sus agentes reformistas en el movimiento obrero, a todos los enterradores árabes de la causa palestina: no habrá solución para la opresión de los palestinos sin la destrucción del estado sionista.
La lógica colonial del nacionalismo judío (el sionismo) y las intervenciones imperialistas hunden al Oriente Próximo en la guerra. La confianza de las direcciones nacionalistas burguesas del movimiento palestino, tanto de Fatah como del Hamás, en los regímenes árabes o persa de la región, su voluntad de presionar sobre la ONU y sobre los Estados Unidos, ha demostrado ser un callejón sin salida para el pueblo oprimido. Israel ha golpeado al gobierno burgués de Hamás en el momento en que éste comenzó, bajo la presión del chantaje de la Unión Europea y de los Estados Unidos, bajo la presión del presidente Abbas y de las fuerzas policiales de Fatah a reconocer a Israel, como lo hizo antes la OLP.
Fatah era la principal expresión de la burguesía palestina, pero sus reiteradas capitulaciones, llevando a los acuerdos de Dayton, y una notable corrupción la han debilitado considerablemente. Una parte de la burguesía palestina apuesta ahora a favor de Hamás para hacer reinar el orden. Hamás es un partido reaccionario, clerical, antisemita, encarnizado defensor de la propiedad privada, impulsado al principio por Israel y financiado siempre por el régimen de los mulás iraníes y por la monarquía saudí vendida a los Estado Unidos y que ahoga la cultura y la enseñanza, que refuerza la opresión sobre los homosexuales, los jóvenes y las mujeres y que amenaza la existencia de los militantes laicos y los militantes obreros.
La estrategia estalinista de la “revolución por etapas” (primero la emancipación nacional, más tarde la lucha social) y del “frente único antiimperialista” (la subordinación a la burguesía nacional) ha demostrado ser una trampa para las masas trabajadoras palestinas. Todas las fuerzas políticas palestinas han capitulado o capitularán ante la ONU y el imperialismo dominante, aceptando un estado a la carta según el gusto de Israel. Todas la burguesías vecinas han masacrado a los palestinos en el pasado (Jordania, Siria, Líbano) o reprimen a las nacionalidades oprimidas, a las mujeres y a los trabajadores (Irán). Hezbolá forma parte, junto a los masacradores de palestinos, del gobierno del Líbano formado por la burguesía libanesa con la ayuda de los imperialismos francés y estadounidense.
Los trabajadores palestinos deben romper con su propia burguesía, con todos sus representantes (OLP, Hamás), rechazar el nacionalismo pequeño burgués (FPLP, FDPLP..) para emprender la vía de la revolución permanente. Los trabajadores de Líbano y de los Territorios deben combatir, con las armas en la mano, contra la agresión sionista, manteniendo su independencia política y organizativa, y esforzarse para encabezar la resistencia. Para abrir una salida, tanto a las mujeres trabajadoras como a la juventud, a los pequeños campesinos, a los trabajadores autónomos de las ciudades, el proletariado árabe de origen palestino (en Israel, en los Territorios y en el exilio) debe llamar a la solidaridad de los proletariados de los que el palestino es un componente (Líbano, Siria, Jordania, Irak, Egipto...) y a todos los trabajadores de los países dominados, llamar a los mismos trabajadores judíos así como, también, a los trabajadores de los Estados Unidos y de los otros países imperialistas.
¡Derecho al retorno de los refugiados palestinos! ¡Por una Palestina en la que puedan vivir tanto los árabes como los judíos, en la que puedan coexistir los musulmanes, los israelitas, los cristianos y los ateos! ¡Por sindicatos obreros que unan a los trabajadores asalariados judíos y árabes, a los trabajadores palestinos y libaneses, sirios, jordanos...!
¡Por una revolución dirigida por el proletariado que derroque al estado sionista y también a los estados vasallos como Jordania! ¡Consejos de trabajadores y milicias armadas bajo su control! ¡Por un partido obrero revolucionario de toda Palestina! ¡Por una internacional obrera revolucionaria! ¡Por una Palestina socialista en el seno de una Federación Socialista del Oriente Próximo!
21 de julio
Buró Político del Colectivo Revolución Permanente