Comunicado del Colectivo Revolución Permanente, 10 de junio de 2005
¡Todo el poder a la Asamblea Popular Nacional Originaria!
¡Por un Gobierno Obrero y Campesino de la Dirección de la Asamblea Popular!
El 8 de junio de 2005, nuevamente toda la experiencia de lucha y organización de la clase obrera mundial, de sus victorias y derrotas, de sus esfuerzos por constituirse en clase consciente destinada a acabar con el modo de producción capitalista, ha cristalizado en el nacimiento en Bolivia del primer organismo de poder soviético del siglo XXI.
La revolución proletaria boliviana vive una fase nueva de desarrollo al calor de huelga general por la nacionalización de los hidrocarburos, que tiene paralizada y bloqueada a la mayor parte el país desde que fue iniciada por la Confederación Obrera Regional – El Alto y la Federación de Juntas Vecinales (FEJUVE) el 16 de mayo.
Con el presidente dimitido, el edificio del Parlamento bloqueado por centenares de miles de obreros y campesinos pobres, las masas controlan muchos de los pozos petroleros y gasíferos, los gaseoductos, las comunicaciones terrestres. Nada ha conseguido detenerlas en su avance creciente. Cada movimiento de la burguesía: aprobación de una ley bastarda de Hidrocarburos que mantenía el poder de las transnacionales petroleras; la convocatoria de Asamblea Constituyente junto a un referéndum de autonomía para la oligarquía petrolera y terrateniente de Santa Cruz; la propia dimisión del Presidente Carlos Mesa; simplemente las han enardecido.
Las masas bolivianas han asimilado la experiencia de las inmensas movilizaciones de octubre de 2003, que derribaron a Sánchez de Lozada pero dejaron en su lugar al vicepresidente Carlos Mesa con un gobierno gemelo del anterior. Hoy, los obreros, los mineros, los maestros, los estudiantes, los millones de campesinos pauperizados ya se niegan a que esto vuelva a ocurrir para que la clase dominante recomponga su gobierno y su debilitado poder. Y para no permitir una nueva estafa, están abandonando al MAS de Evo Morales, el partido de la pequeña burguesía del campo, adoptado por las clases medias urbanas, que ha sido el principal soporte del gobierno de Mesa y se ha opuesto a la nacionalización de los hidrocarburos. Ya no pueden poner sus esperanzas de cambio en ninguna Asamblea Constituyente que le dé nueva forma al Estado burgués. Ya no permiten que los dirigentes de la COB, los Solares y compañía pacten, negocien, malbaraten su enorme esfuerzo revolucionario entregándolos atados de pies y manos a la burguesía descompuesta lacaya del imperialismo yanqui, tal y como lo han hecho una y otra vez desde octubre de 2003. Hoy las masas quieren el poder. Y saben que no hay tiempo que perder.
En las asambleas de El Alto, la combativa ciudad nacida junto a La Paz, en los barrios pobres de la capital, en las minas de Oruro y Potosí, en los campos del Altiplano, en el trópico cochabambino, en los pozos de petróleo y en los latifundios de Santa Cruz, el movimiento enlazaba con la propia historia revolucionaria y exigía la formación de una Asamblea Popular que unificara las organizaciones en lucha: la COB, la Fejuve, los sindicatos campesinos, las organizaciones originarias campesinas.
El día 6 de Junio, en la Plaza San Francisco de La Paz, un “Cabildo Abierto” de centenares de miles de personas que desbordaban esa plaza y todas las colindantes, obligó a los dirigentes de la COB y la FEJUVE a anunciar la formación inmediata de la Asamblea Popular, que ya no era posible postergar más. El miércoles 08, mientras la burguesía no sabía cómo salir del atolladero y no podía ni siquiera convocar su Parlamento para sustituir al Presidente dimitido, se conformó en El Alto la Asamblea Popular Nacional Originaria, que en su primera reunión ha resuelto:
“1. Constituir a la CIUDAD DE EL ALTO como el CUARTEL GENERAL DE LA REVOLUCION BOLIVIANA EN EL SIGLO XXI.
2. Constituir una Dirección Única de la Asamblea Popular Nacional Originaria como INSTRUMENTO DE PODER a la cabeza de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto (FEJUVE), la Central Obrera Regional de El Alto (C.O.R.), la Central Obrera Boliviana (C.O.B.), la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la Confederación Sindical de Trabajadores Gremiales Artesanos, Comerciantes Minoristas y Vivanderos de Bolivia, la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, la Federación del Transporte Interprovincial de La Paz y otras organizaciones sociales movilizadas en el interior del país.
3. Conformar Comités de AUTOABASTECIMIENTO, AUTODEFENSA, PRENSA y POLÍTICA, con la finalidad de garantizar el éxito de las organizaciones populares.
4. Ratificamos nuestra lucha inclaudicable en torno a la NACIONALIZACION e INDUSTRIALIZACION DE LOS HIDROCARBUROS.
5. Instruir la conformación de Asambleas Populares departamentales bajo la dirección de la COB, CODes y delegados de bases elegidos en asambleas y cabildos.
6. Rechazar todas las maniobras de la clase dominante a través de sucesión constitucional o elecciones entre los mismos politiqueros.”
Con esta situación de doble poder, se trata de un salto cualitativo central en la organización de la clase obrera y el pueblo. Por un lado, se está llamando a la formación de una tupida red de organismos de frente único, de democracia proletaria, candidatos a dirigir el país (soviets), que debe incorporar a las más profundas masas a la dirección, control y centralización del movimiento, condición necesaria para establecer el poder de los trabajadores de la ciudad y el campo que se enfrente y reemplace al poder burgués, así como para derrotar la acción de agentes políticos de la burguesía, burócratas o elementos atemorizados ante la perspectiva del asalto final. Y, por el otro lado, el nacimiento de la Asamblea Popular Nacional Originaria, su propia existencia, eleva a la clase obrera a la cabeza de las masas oprimidas, a la candidatura efectiva al poder político.
Porque esta es la única perspectiva posible que permite hoy seguir adelante a las masas bolivianas: la toma del poder. No hay lugar para medias tintas ni componendas. Del Estado burgués quedan en pie sobre todo la Policía y las Fuerzas Armadas. Y, a medida que se desarrolla la revolución, el Ejército – formado por conscriptos campesinos - será menos fiable y más quebrantable. La burguesía boliviana puede estar dividida y confusa en estos días, pero tiene a sus amos imperialistas, especialmente a los Estados Unidos, pensando por ella y defendiendo no sólo la rapiña de las petroleras, sino la estabilidad del orden burgués en toda la región latinoamericana. Por eso los combates que se avecinan requieren de la máxima capacidad de organización política y militar de las masas:
· Hacer de la Asamblea Popular Nacional Originaria el organismo de poder que centralice a todas las asambleas de cualquier parte del país, mediante delegados elegidos y revocables en esas asambleas. Que la Asamblea Popular ponga bajo su control toda la circulación de mercancías y el transporte a nivel nacional. Que convoque a los soldados a romper con la autoridad de sus oficiales, formar sus comités y unirse a sus hermanos de clase enviando delegados a las asambleas.
· Organizar y centralizar con urgencia los comités de autodefensa de todas las asambleas, para crear las Milicias Obreras y Campesinas que preparen una Insurrección para derrotar a la Policía y a las FFAA de la burguesía. Ese es el único camino con que los trabajadores cuentan para establecer su propio Estado.
El enfrentamiento decisivo no va a poder ser evitado. El proletariado ha de prepararse para él. Y esa preparación, que exige su propio armamento y el desarme del enemigo, ha de incorporar necesariamente la extensión de la revolución a todo el continente. La Bolivia revolucionaria sólo podrá enfrentar con éxito a la contrarrevolución contando con la solidaridad activa de todos los trabajadores del mundo y dentro de una Latinoamérica revolucionaria. Es una necesidad urgente y vital que la vanguardia obrera asuma la constitución de un Partido revolucionario de los trabajadores capaz de dirigir la toma del poder, la extensión de la revolución a toda Latinoamérica y la lucha por la creación de una Internacional obrera revolucionaria. En particular, esta vanguardia debe ligarse a los otros proletariados de América, incluida Cuba, donde las conquistas de la revolución están puestas en peligro por la burocracia castrista, y a los Estados Unidos, de donde pueden provenir los golpes de la contrarrevolución imperialista pero en donde millones de obreros y empleados latinos pueden ayudar a la articulación internacionalista de todo el continente. Ese partido debe rechazar el “frente popular” o el “frente único antiimperialista” que son el camino de la derrota, debe hacer suyo el balance de la experiencia de las anteriores oleadas revolucionarias en Bolivia y en todo el planeta, especialmente la experiencia de 1952 de subordinación de la revolución obrera a un demagogo bonapartista y al nacionalismo burgués (MNR), y la experiencia de la Asamblea Popular del 1970-71 que demostró que intentar eludir la toma del poder confiando en elementos de la burguesía como oficiales del Ejército y semejantes, sólo conduce al aplastamiento militar del movimiento revolucionario.
¡Por la Asamblea Popular Nacional Originaria, el soviet de obreros, campesinos, soldados, trabajadores de la ciudad y el campo!
¡Por la constitución de Milicias Obreras y Campesinas. Por el desarme y disolución de la Policía y las Fuerzas Armadas del enemigo!
¡Nacionalización de los hidrocarburos sin pago y bajo control obrero!
¡Nacionalización sin indemnización de la minería, de la banca, de la producción y distribución de la electricidad, del agua, de las grandes industrias, de los latifundios…!
¡Por la creación de comités internacionalistas de defensa de la revolución boliviana!
¡Por un Gobierno Obrero y Campesino de la Dirección de la Asamblea Popular Nacional Originaria!
¡Por una Federación de Repúblicas Socialistas de América Latina!
¡Viva la Revolución Boliviana! ¡Viva la Revolución Latinoamericana! ¡Viva la Revolución Mundial!
10 de junio de 2005
En París, Cusco y Valencia,
COLECTIVO REVOLUCIÓN PERMANENTE
Groupe bolchevik (Francia), Lucha Marxista (Perú), Grupo Germinal (Estado español)