¡Viva la heroica lucha revolucionaria y antiimperialista de la clase obrera y los campesinos bolivianos!
¡Viva la huelga general con bloqueos de caminos a nivel nacional!
¡Abajo Sánchez de Lozada, masacrador del pueblo y sirviente de Bush y el FMI!
¡Por un gobierno obrero y campesino de la Dirección Nacional Unica, de la COB y de todas las organizaciones obreras y campesinas que la componen, basado en las milicias obreras y campesinas y en la autoorganización de los trabajadores y el pueblo!
¡Fuera el imperialismo y sus monopolios chupasangre de Bolivia y de toda América Latina!
El sábado 20 de septiembre, nuevamente la tierra de Bolivia se manchó de sangre obrera y campesina. El ejército y la policía asesinas enviados por el cipayo Sánchez de Lozada, irrumpieron a sangre y fuego en las localidades de Warisata y Sorata donde trabajadores y campesinos mantenían un bloqueo total de caminos en lucha contra la entrega de la riqueza gasífera del país a los gringos, y por sus demandas de libre cultivo de la coca y tierra para los campesinos. Seis nuevos mártires obreros y campesinos cayeron masacrados, entre ellos, una madre y su hija de ocho años; decenas quedaron heridos, detenidos e inclusive desaparecidos.
Esta nueva masacre del gobierno de Sánchez de Lozada -"Goni"- y del régimen de la nueva rosca del imperialismo yanqui, los barones del gas y el petróleo y la casta de oficiales del ejército asesino, se perpetró un día después de que decenas de miles de obreros y campesinos ganaran las calles de La Paz, Cochabamba, Oruro y las principales ciudades del país, en medio de la extensión de los bloqueos campesinos, enfrentando el descomunal saqueo del gas boliviano que preparan el imperialismo, los monopolios petroleros y el gobierno. La clase obrera y el pueblo de Bolivia se levanta nuevamente al grito de "El gas es nuestro y no de los gringos"; "Con el gas y con la coca, el futuro de nuestros hijos". ¡Fuera los gringos!"
Pero la masacre de Warisata no ha logrado amedrentar a los heroicos trabajadores y campesinos bolivianos. Por el contrario, mientras velan a sus mártires, se han puesto nuevamente en pie de guerra. En Warisata, han organizado sus milicias obreras y campesinas para defender sus vidas del ejército masacrador. En Sorata, el pueblo se levantó, quemó la prefectura, los hoteles, la comisaría, y la ciudad está en manos de los trabajadores y campesinos levantados, que se han declarado en "estado de guerra civil". Miles de trabajadores y campesinos de toda la provincia de Omasuyos -donde se encuentran Warisata y Sorata- se reunieron el 22 de septiembre en asamblea general, al grito de "Muera Gonzalo Sánchez de Lozada", "Guerra civil, guerra civil", y "El gas no se vende", y exigiendo la cabeza de los ministros de Gobierno y Defensa y la del propio Goni.
Los bloqueos de caminos por tiempo indefinido se extienden a todas las regiones del país, dejando cercada a La Paz y obligando al cierre forzoso de los mercados de abasto de esta ciudad, la capital. La CSUTCB (Central sindical campesina) ha declarado duelo nacional por 30 días con bloqueos y paro campesino, y el estado de sitio campesino, que significa que los soldados y policías no tienen garantías y ningún uniformado puede patrullar las comunidades campesinas. Al mismo tiempo, llama a los trabajadores y campesinos a "arrasar las subprefecturas, subalcaldías, puestos militares", para que prevalezca la Wipala (la bandera de los pueblos indígenas) como única insignia nacional".
Los obreros y campesinos de Bolivia obligaron a sus direcciones, a la COB, a Quispe, a Morales, a poner en pie una Dirección Nacional Unica de Movilizaciones, y a convocar al bloqueo general de caminos y a la huelga general indefinida a partir del 29 de septiembre, en defensa del gas, por sus demandas y exigiendo la renuncia del gobierno asesino de Goni y su régimen blindado.
Así, los obreros y campesinos volvieron a irrumpir, rompiendo la tregua que la dirección de la COB, Quispe y Evo Morales - integrantes del Foro Social Mundial- le habían dado al gobierno en febrero pasado, llevando al aborto el levantamiento revolucionario con el que obreros y campesinos, al grito de "Fusil, metralla, Bolivia no se calla", enfrentándose con el ejército en las calles, amenazando con dividirlo y abriendo fisuras inclusive en la casta de oficiales, estuvieron a punto de tirar a Goni y al régimen blindado y abrir la cuarta revolución boliviana.
¡Abajo Sánchez de Lozada! ¡Fuera los piratas imperialistas de Bolivia! ¡Viva la heroica lucha y la huelga general de nuestros hermanos bolivianos, que marcan el camino a todos los trabajadores y explotados de América Latina para romper las treguas y pactos que imponen las direcciones reformistas agrupadas en el Foro Social Mundial, y así poder enfrentar al imperialismo saqueador y a los gobiernos y regímenes que son sus sirvientes!
¡Viva "la guerra del gas" de los obreros y campesinos bolivianos! ¡Fuera el imperialismo yanqui, los monopolios petroleros imperialistas, y el gobierno cipayo que quieren robarles su riqueza gasífera!
Después de haber saqueado durante décadas las riquezas mineras de Bolivia, después de quedarse con el petróleo, después de dejar un país agotado y en ruinas, con trabajadores y campesinos reducidos a la miseria, hoy esa pandilla de ladrones que son los monopolios imperialistas petroleros, Sánchez de Lozada y la burguesía cipaya, se aprestan a consumar un robo descomunal contra el pueblo. El botín es suculento: Bolivia tiene enormes reservas gasíferas, valuadas en 80.000 millones de dólares (cuando el PBI de ese país sólo alcanza a 8.000 millones), mientras la amplia mayoría de la población sigue utilizando leña para cocinar, y pasando frío sin calefacción. El gobierno firmó un decreto por el cual le entrega todo el gas a un consorcio imperialista (Pacific LNG, conformado por la YPF Repsol, la Britsh Gas y la British Petroleum), para que éste construya un gasoducto hasta el puerto chileno de Patillos y desde allí lo embarque para Estados Unidos. Este negocio le dejaría a ese monopolio 1.300 millones de dólares de ganancia por año durante 20 años (es decir, ¡26.000 millones de dólares!), y a Bolivia... ¡sólo 70 millones de dólares por año en concepto de regalías, es decir, 1400 millones en 20 años!
¡Los mismos carniceros yanquis y sus monopolios voraces que aplastaron y ocuparon Irak para quedarse con su petróleo, hoy quieren robarles el gas a los obreros y campesinos bolivianos! ¡Qué certero el grito de nuestros hermanos de clase bolivianos cuando durante la guerra de Irak, denunciaban en sus movilizaciones “A Irak por su petróleo, a Kollasuyu por su gas; fuera los gringos de Irak”!
Hoy, frente semejante saqueo descarado, la ejemplar lucha de los trabajadores y el pueblo de Bolivia vuelve a demostrar que no están dispuestos a dejarse expoliar, como ya lo han venido demostrando, en 2000 en Cochabamba levantándose contra los monopolios imperialistas que querían robarles el agua y contra el gobierno asesino de Banzer; enfrentando con guerra civil en el campo la política imperialista de erradicación de la coca; y levantándose en febrero pasado contra el ataque generalizado de Goni a los salarios por orden del FMI, poniéndolo al borde la caída y obligándolo a retroceder. Vuelve a demostrar que la clase obrera -junto con sus aliados los campesinos pobres- es la única clase que no tiene ningún interés que la ate al imperialismo, y por ello, la única clase capaz de llevar hasta el final la lucha contra el imperialismo y de liberar a la nación oprimida de su yugo.
¡Abajo Sánchez de Lozada y el régimen blindado! ¡Fuera el imperialismo y sus monopolios chupasangre de Bolivia!
¡Por un gobierno obrero y campesino de la Dirección Nacional Unica, de la COB y de todas las organizaciones obreras y campesinas que la componen, basado en las milicias obreras y campesinas y en la autoorganización de los trabajadores y el pueblo!
La pandilla de ladrones y asesinos, masacradores del pueblo y saqueadores de la nación que son el imperialismo, sus monopolios voraces, los patrones y el gobierno de Goni, se quieren robar las riquezas del pueblo a sangre y fuego, seguir condenándolo al hambre y a la miseria, transformar a Bolivia en una colonia esclavizada.
El único camino para impedirlo, para detener el saqueo del gas y de los recursos naturales del país para conquistar el pan, el trabajo, la tierra, salarios dignos, el derecho a plantar coca, es abrir la revolución llevando al triunfo la huelga general con bloqueos de caminos, comenzando a controlar las fábricas, los bancos, los transportes, extendiendo y centralizando las milicias obreras y campesinas armadas, destruyendo a la casta de oficiales de West Point, tirar abajo al gobierno cipayo y asesino de Goni y no dejar piedra sobre piedra del régimen blindado, echar al imperialismo y a sus monopolios. E imponer, sobre sus ruinas, un gobierno de esa Dirección Nacional Unica, de la COB y de todas las organizaciones obreras y campesinas que la componen, basado en las milicias obreras y campesinas y en la autoorganización de los trabajadores y el pueblo.
Para llevar adelante este combate decisivo, la Dirección Nacional Unica y todas las organizaciones obreras y campesinas que la componen deben impulsar la lucha por la disolución de la policía y su desarme, la conformación y centralización de las milicias obreras y campesinas armadas. Este es el único camino para destruir al ejército -el pilar del régimen blindado, y del estado-, llamando al mismo tiempo a los soldados rasos y suboficiales, hijos de obreros y campesinos, a rebelarse contra la casta de oficiales cipaya de West Point, y a destruirla destituyendo y desarmando a sus oficiales, a organizarse en comités de soldados armados, a coordinarse con las organizaciones obreras y campesinas y a sumarse a la huelga general, poniendo sus armas a disposición de las milicias obreras y campesinas.
Unicamente así, derrocando a Goni y al régimen blindado e imponiendo un gobierno obrero y campesino, que rompa con el imperialismo y expropie a los expropiadores, renacionalizando sin pago y bajo control obrero el gas, del petróleo, las minas, y todas las empresas privatizadas; expropiando en general al imperialismo y rompiendo con el FMI, el Banco Mundial y el BID; imponiendo el libre cultivo y comercialización de la coca, la provisión de maquinaria agrícola, la condonación de deudas y el otorgamiento de créditos baratos a los pequeños productores arruinados del campo mediante la expropiación y nacionalización de la banca bajo control de sus trabajadores y la creación de una banca estatal única, y la nacionalización del comercio exterior, y tomando todas las medidas para garantizar trabajo, salarios dignos, salud y educación para el pueblo, podrán la clase obrera y los campesinos bolivianos terminar con la catástrofe, el saqueo, la opresión y el coloniaje impuestas por el imperialismo, los patrones y el gobierno.
¡Ninguna nueva tregua ni pacto con Goni y la pandilla de saqueadores del pueblo!
Por un Congreso nacional obrero y campesino de delegados de base con mandato, democráticamente electos, para organizar un combate decisivo y preparar la insurrección para derrocar a Goni y al régimen blindado
Después de masacrar en Warisata, y ante la huelga general indefinida, el gobierno de Sánchez de Lozada intenta una vez más abrir negociaciones sector por sector, tratando de "dialogar" con aquellas organizaciones que tienen reclamos sectoriales, como los campesinos dirigidos por Quispe, y dejando de lado a las que, como la COB, han salido a exigir su renuncia. Por su parte, Evo Morales declaró que los cocaleros del Chapare no se plegarán a los bloqueos hasta el 10 de octubre puesto "que el secretario ejecutivo de la COB se precipitó al convocar a una movilización nacional", y salió a criticar a Quispe que exige que para negociar los representantes del gobierno se trasladen a Warisata, diciendo que Quispe y el gobierno "juegan con la situación del país".
¡Ninguna nueva tregua ni pacto al gobierno asesino de Goni y a la pandilla de saqueadores del pueblo! Hay que impedir que la unidad impuesta en la lucha por obreros y campesinos sea dividida por las direcciones reformistas, y que su energía, su lucha y su sangre sea utilizada por éstas para establecer nuevas treguas y pactos, y así salvar al gobierno y al régimen blindado. Para ello, el único camino es el de imponer la más amplia democracia directa, con un Congreso nacional obrero y campesino de delegados de base democráticamente electos, con mandato y revocables, de la COB y de todas las organizaciones obreras y campesinas que conforman la Dirección Nacional Unica, e impulsando al mismo tiempo en cada aldea, en cada ciudad, en cada región, comités de huelga con delegados mandatados de todas las organizaciones en lucha que se conviertan en un efectivo poder obrero y popular que organice sus milicias. Ese Congreso Nacional, un verdadero parlamento obrero y campesino -contrapuesto al poder de los explotadores- sería un organismo respetado por todas las masas en lucha, y con una enorme autoridad para garantizar la conformación de las milicias obreras y campesinas, para impulsar el control obrero y campesino sobre la producción y la distribución, para imponer la expropiación y nacionalización de la banca bajo control de sus trabajadores y una banca estatal única que oriente el crédito barato a los pequeños productores arruinados del campo y que condone sus deudas, así como también la nacionalización del comercio exterior y, de forma decisiva, para organizar una insurrección triunfante que derroque a Goni y al régimen blindado e imponga un gobierno obrero y campesino, que las direcciones burocráticas de los sindicatos, el stalinismo y la socialdemocracia están incapacitadas de imponer por sí mismas.
Los obreros y campesinos bolivianos marcan el camino a los explotados de todo el continente para romper las treguas y pactos, y enfrentar al imperialismo y a sus regímenes y gobiernos sirvientes
La lucha de los obreros y campesinos bolivianos, es hoy la vanguardia indiscutida del combate de la clase obrera y los explotados del continente que pugnan por romper las treguas y pactos que las direcciones reformistas han impuesto, y que les atan las manos para enfrentar al imperialismo, a los patrones y a sus regímenes y gobiernos cipayos, hambreadores y represores.
El camino es el que marcan hoy las masas bolivianas, y no el que imponen Fidel Castro, las burocracias sindicales del continente, las direcciones de las organizaciones campesinas, y todas los direcciones reformistas agrupadas en el Foro Social Mundial, de tregua y sostén con su política de colaboración de clases a los frentes populares pro-imperialistas como el de Lula en Brasil, el del coronel Gutiérrez en Ecuador, el de Lagos en Chile; a los supuestos gobiernos "antineoliberales" como el de Kirchner en Argentina, todos sirvientes de Bush y el FMI; a los gobiernos nacionalistas burgueses como el de Chávez en Venezuela, que utilizan la lucha de las masas como chantaje para regatear mejor con el imperialismo, pero inmediatamente se subordinan a él en cuanto la clase obrera y los explotados amenazan con su irrupción revolucionaria.
El camino es el que marcan los obreros y campesinos bolivianos, de lucha sin cuartel por tirar abajo al gobierno de Goni y al régimen blindado, y no el de las FARC que en Colombia, mientras se niegan a expropiar una sola fábrica o un centímetro de tierra en los territorios que controlan, hoy se aprestan a firmar un nuevo pacto con el gobierno asesino de Uribe y con la bendición de Lula, sobre la sangre de miles de campesinos masacrados, y de los obreros dejados a su suerte en las ciudades a manos de los "escuadrones de la muerte".
Por ello, la lucha por que los obreros y campesinos abran el camino a la cuarta revolución boliviana, derrotando a las direcciones reformistas, derrocando al gobierno y al régimen blindado destruyendo a su pilar, la casta de oficiales asesinos de West Point, e impongan un gobierno obrero y campesino basado en la autoorganización y el armamento de las masas, es inseparable del combate por que los trabajadores y campesinos ecuatorianos rompan la tregua y la política de colaboración de clases de sus direcciones y retomen el camino de la revolución que iniciaran en 1997. Es parte inseparable de la pelea por que la revolución argentina, hoy llevada al retroceso por la acción de la burocracia sindical, piquetera y las direcciones reformistas, vuelva a levantar cabeza; por que los obreros peruanos hagan volar por los aires las treguas y pactos con los que la CGTP y el stalinismo le han permitido sostenerse a Toledo, por que la clase obrera y los campesinos brasileños logren romper el corset del PT -partido que hoy está en el gobierno con Lula y Alencar, aplicando los planes del FMI, apaleando obreros y masacrando campesinos-, de la dirección de la CUT y del MST, y entrar de lleno a la lucha política de masas contra el gobierno de Lula, sirviente de Bush".
En Bolivia, hoy vuelve a ponerse al rojo vivo que para los explotados de América Latina hay una alternativa de hierro: o revolución obrera y socialista triunfante; o nuevas y terribles derrotas, y la transformación de las naciones del continente en colonias y protectorados en los que el saqueo y el coloniaje imperialista no tengan límites. Por ello, el combate actual del proletariado y los campesinos de Bolivia es inseparable de la lucha por el triunfo de la revolución obrera y socialista en cada país del continente, derrocando a la burguesía, destruyendo a sus fuerzas armadas, e imponiendo gobiernos obrero-campesinos basados en la autoorganización y el armamento de los trabajadores y el pueblo que terminen con el yugo imperialista y con la explotación capitalista, en el camino de conquistar una Federación de Repúblicas Obrero- Campesinas de América Latina. Pero esta tarea histórica sólo podrá llevarla adelante el proletariado latinoamericano en estrecha unidad con su más importante aliado, la clase obrera norteamericana, y en particular con su fracción más explotada y oprimida, los millones de obreros negros y latinos, superexplotados y tratados como parias por esa burguesía imperialista y también por la arrogante aristocracia obrera y la burocracia sindical de la AFL-CIO, que son los que sufren la peor flexibilización laboral, la desocupación, la pobreza, la persecución y el hostigamiento de la policía. Por intermedio de los trabajadores norteamericanos de origen latino, la clase obrera de América Central y de América del Sur puede facilitar su unidad con la clase obrera norteamericana, para debilitar al imperialismo y para avanzar en el camino de la revolución en los Estados Unidos que asegurará la victoria decisiva del proletariado del continente y del socialismo mundial. Pero esto sólo será posible si la clase obrera y los explotados de toda América, de los Estados Unidos en primer lugar, y también de América Latina, rechazan la influencia de la arrogante aristocracia obrera norteamericana y hacen suyo el combate por derrotar a la burocracia sindical de la AFL-CIO sirvientes de Bush y la burguesía imperialista yanqui.
¡To¬do el apo¬yo y la so¬li¬da¬ri¬dad con la he¬roi¬ca lu¬cha de nues¬tros her¬ma¬nos de cla¬se de Bo¬li¬via!
Los obre¬ros y cam¬pe¬si¬nos bo¬li¬via¬nos están en la primera línea de la lu¬cha con¬tra el im¬pe¬ria¬lis¬mo y sus go¬bier¬nos sir¬vien¬tes en Amé¬ri¬ca La¬ti¬na. Ellos mar¬can el ca¬mi¬no a to¬dos los tra¬ba¬ja¬do¬res y los ex¬plo¬ta¬dos del con¬ti¬nen¬te, el ca¬mi¬no pa¬ra rom¬per las tre¬guas y pac¬tos que las di¬rec¬cio¬nes re¬for¬mis¬tas han im¬pues¬to, y que atan las ma¬nos de los trabajadores pa¬ra en¬fren¬tar al im¬pe¬ria¬lis¬mo, a los pa¬tro¬nes y a sus re¬gí¬me¬nes y go¬bier¬nos ci¬pa¬yos, ham¬brea¬do¬res y re¬pre¬so¬res, y per¬mi¬ten que és¬tos se for¬ta¬lez¬can y des¬pués pa¬sen al ata¬que co¬mo hoy en Bo¬li¬via. ¡No po¬de¬mos per¬mi¬tir que con¬ti¬núen sien¬do ma¬sa¬cra¬dos por el ci¬pa¬yo Go¬ni y su ejér¬ci¬to ase¬si¬no! ¡Su lu¬cha es nues¬tra lu¬cha! ¡Hoy to¬dos so¬mos y te¬ne¬mos que ser Bo¬li¬via!
Lla¬ma¬mos a to¬das las or¬ga¬ni¬za¬cio¬nes obre¬ras, es¬tu¬dian¬ti¬les, y par¬ti¬dos que se re¬cla¬man obre¬ros y an¬tiim¬pe¬ria¬lis¬tas, a im¬pul¬sar ya el más am¬plio apo¬yo y so¬li¬da¬ri¬dad con nues¬tros her¬ma¬nos de cla¬se de Bo¬li¬via, con mo¬vi¬li¬za¬cio¬nes en las ca¬lles, a la em¬ba¬ja¬da de Bo¬li¬via, y a la más am¬plia uni¬dad de ac¬ción por ¡Bas¬ta de ma¬sa¬cre y re¬pre¬sión!, ¡Vi¬va la lu¬cha de los obre¬ros y cam¬pe¬si¬nos bo¬li¬via¬nos!, ¡Aba¬jo el go¬bier¬no de Sán¬chez de Lo¬za¬da, ase¬si¬no y ham¬brea¬dor del pue¬blo bo¬li¬via¬no!, ¡Fue¬ra el im¬pe¬ria¬lis¬mo de Amé¬ri¬ca La¬ti¬na! Los trots¬kis¬tas in¬ter¬na¬cio¬na¬lis¬tas que fir¬ma¬mos es¬ta de¬cla¬ra¬ción y que lu¬cha¬mos por el pro¬gra¬ma re¬vo¬lu¬cio¬na¬rio que aquí he¬mos plan¬tea¬do, es¬ta¬mos dis¬pues¬tos a im¬pul¬sar y par¬ti¬ci¬par en uni¬dad de ac¬ción en to¬do aque¬llo que sig¬ni¬fi¬que aun¬que más no sea un pa¬so en el apo¬yo y so¬li¬da¬ri¬dad con la he¬roi¬ca lu¬cha de nues¬tros her¬ma¬nos bo¬li¬via¬nos.
Al mis¬mo tiem¬po, lla¬ma¬mos a los tra¬ba¬ja¬do¬res y cam¬pe¬si¬nos del con¬ti¬nen¬te, a exi¬gir a las di¬rec¬cio¬nes de to¬das las or¬ga¬ni¬za¬cio¬nes políticas que en Amé¬ri¬ca La¬ti¬na ha¬blan en nom¬bre de la cla¬se obre¬ra y de los cam¬pe¬si¬nos po¬bres, a todas las organizaciones sindicales (al CTA y a las or¬ga¬ni¬za¬cio¬nes de de¬so¬cu¬pa¬dos de Ar¬gen¬ti¬na; a la CUT y al MST de Bra¬sil; a la CUT de Chi¬le; a la CGTP de Pe¬rú; a la CO¬NAIE y a los sin¬di¬ca¬tos de Ecua¬dor; al PIT-CNT de Uru¬guay, etc).-, que rom¬pan ya to¬da tre¬gua con los go¬bier¬nos ci¬pa¬yos, a que rom¬pan to¬da su¬bor¬di¬na¬ción de esas or¬ga¬ni¬za¬cio¬nes a la pa¬tro¬nal. Llamamos al movimiento obrero a poner en pie ya un mo¬vi¬mien¬to obre¬ro y cam¬pe¬si¬no con¬ti¬nen¬tal en apo¬yo y so¬li¬da¬ri¬dad con la he¬roi¬ca lu¬cha re¬vo¬lu¬cio¬na¬ria y an¬tiim¬pe¬ria¬lis¬ta de los obre¬ros y cam¬pe¬si¬nos bo¬li¬via¬nos, con¬tra el im¬pe¬ria¬lis¬mo sa¬quea¬dor de los pueblos de América Latina y con¬tra los go¬bier¬nos que son sus sir¬vien¬tes.
Volver a poner en pie un partido revolucionario trotskista e internacionalista, para dotar al heroico proletariado boliviano de la dirección que necesita y se merece, es tarea de las fuerzas sanas e internacionalistas del trotskismo
Los trabajadores y campesinos bolivianos han dado sobradas muestras de heroísmo, de disposición al combate, de voluntad revolucionaria. Si todavía no han logrado abrirse paso al inicio de su cuarta revolución, es a causa de las direcciones que tienen a su frente, que a cada paso buscan impedirlo. Se pone hoy al rojo vivo que la necesidad más urgente que tiene el proletariado boliviano es contar a su frente con un partido revolucionario, trotskista e internacionalista, capaz de impedir que sus abnegadas fuerzas sean llevadas una vez más a treguas, a pactos, a políticas de colaboración de clases, a alianzas con "patrones progresistas" y con "militares patriotas", y que su combate les sea expropiado.
El programa del trotskismo, el de la revolución permanente -defendido en los años '40 por el POR, sección boliviana de la IV Internacional-, que se hizo carne y sangre con las Tesis de Pulacayo en la clase obrera boliviana que las adoptó en 1946 como su programa de combate revolucionario, está más vigente que nunca y ha pasado la prueba de la lucha de clases. Lamentablemente, el pablismo y el revisionismo de la IV Internacional que dirigió e influenciaba políticamente al POR y a su dirección, impidió que éste jugara un rol revolucionario en la revolución de 1952 misma, y en los acontecimientos revolucionarios de las masas bolivianas en la segunda mitad del siglo XX.
Por ello, quienes no pasaron la prueba son las corrientes que se reivindicaban del trotskismo. En las tres revoluciones anteriores -en 1952, en 1971 y en 1985- estas corrientes demostraron toda su impotencia, renegando de las Tesis de Pulacayo, es decir, de la lucha por el armamento de las masas y por la estrategia soviética, subordinándose a la burocracia de la COB, cuando no directamente a corrientes nacionalistas burguesas como el MNR, o buscando "militares patriotas". Son estas corrientes centristas, pablistas, las que han impedido que la clase obrera boliviana tenga a su frente la dirección revolucionaria que se merece: un partido revolucionario trotskista e internacionalista.
Hoy, en los umbrales del inicio de la revolución, las fuerzas para poner en pie ese partido ya están, ya se han destacado: son los obreros avanzados que, denunciando a sus dirigentes por haber abandonado las Tesis de Pulacayo, se rebelaron y vuelven a poner en pie la COB, para que ésta vuelva a ser el organismo que permita al proletariado acaudillar a los campesinos y a los explotados hacia una insurrección triunfante que derroque al gobierno y a su régimen blindado. Son aquellos obreros, explotados del campo y heroicas mujeres trabajadoras que están animando la formación de las milicias obreras y campesinas, las asambleas, los comités de huelga, los bloqueos; que se plantan con la bayoneta calada ante sus direcciones, atentos a cualquier atisbo de traición. Las masas los conocen, ellos se conocen unos a otros y saben cómo encontrarse. En ellos, y en los honestos militantes trotskistas que enfrentan las capitulaciones y adaptaciones de los estados mayores de las corrientes renegadas del trotskismo, y que buscan un camino revolucionario, están ya las fuerzas para poner en pie ese partido revolucionario.
Pero este partido sólo podrá forjarse y llevar al triunfo a la revolución boliviana si es parte de la lucha por un reagrupamiento internacional de las fuerzas sanas y principistas del trotskismo, si se forja en las lecciones revolucionarias de los acontecimientos más agudos de la revolución y la contrarrevolución a nivel mundial, si hace suyas las Tesis de Pulacayo como parte de un programa revolucionario internacionalista que vea a Bolivia como un eslabón de la revolución latinoamericana y mundial, y al combate contra las direcciones reformistas de Bolivia -la burocracia sindical de la COB, Quispe, Morales- como parte indisoluble de la lucha contra esa nueva internacional contrarrevolucionaria que es el Foro Social Mundial, y contra los renegados del trotskismo que se han puesto a sus pies. Únicamente así, como parte de este combate internacional y sobre las ruinas de las corrientes revisionistas y liquidacionistas que usurpan las banderas del trotskismo en Bolivia, podrá ponerse en pie el partido revolucionario trotskista e internacionalista que la clase obrera boliviana necesita y se merece, como parte de la construcción del partido mundial de la revolución socialista.
Es tarea de los internacionalistas que nos reagrupemos luchando por una Conferencia internacional de los trotskistas principistas y de las organizaciones obreras revolucionarias internacionalistas, colaborar decisivamente en esta tarea impostergable, en los umbrales de la cuarta revolución boliviana.
12 de octubre de 2003
Colectivo por una Conferencia Internacional del Trotskismo Principista y de las organizaciones obreras revolucionarias internacionalistas
Grupo Bolchevique por la construcción del Partido obrero revolucionario de la Internacional obrera revolucionaria (Francia)
Grupo Comunista Obrero (Nueva Zelanda)
Grupo Obrero Internacionalista Cuarta Internacional (Chile)
Liga Obrera Internacionalista Cuarta Internacional (Argentina)
Lucha Marxista (Perú)
Adhieren a la declaración
Grupo Germinal (Estado Español)
Fracción Trotskista-Vanguardia Proletaria (Brasil)
Adjunto | Tamaño |
---|---|
¡Viva la heroica lucha revolucionaria y antiimperialista de la clase obrera y los campesinos bolivianos, declaración 12 octubre 2003.pdf | 50.64 KB |